(RT)- Los países del Grupo de los Siete (G7), formado por el Reino Unido, EE.UU., Alemania, Italia, Canadá y Japón, han acordado este viernes introducir topes a los precios del petróleo ruso.
«Hoy confirmamos nuestra intención política conjunta de ultimar e implementar una prohibición completa de servicios que garantizan el transporte marítimo del crudo de origen ruso y productos petrolíferos a nivel global», reza el comunicado de los titulares de Finanzas del grupo.
En el documento se explicita que «la provisión de tales servicios sólo se permitirá si el petróleo y los productos petrolíferos se compran al precio tope, o por debajo de él, determinado por la amplia coalición de países se adhieren a él y lo aplican».
Paralelamente, se destaca que el tope inicial se establecerá sobre la base de «una serie de aportaciones técnicas». Al mismo tiempo, la herramienta puede quedar sujeta a revisiones «cuando sea apropiado».
Reducir los ingresos de Rusia
Por otra parte, los ministros de Finanza del G7 insistieron en que las medidas anunciadas hoy fueron diseñadas para reducir los ingresos de Rusia y «la capacidad» de Moscú de «financiar su guerra de agresión», al tiempo que se busca limitar el impacto del conflicto en Ucrania sobre los precios energéticos a nivel mundial.
En cuanto a los países más vulnerables, en el comunicado se acentúa que la medida tiene «el potencial» de ser «particularmente beneficiosa» para ellos, porque se garantiza el acceso «continuado» al crudo ruso al precio tope o por debajo de él para los estados que siguen con tales importaciones.
En su valoración del anuncio, la secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, dijo que se trata de «una de las herramientas más poderosas» en la lucha contra la inflación, que -subrayó- permitirá «proteger a trabajadores y a empresas en EE.UU. y a nivel global ante nuevas subidas de precios».
Esta misma jornada, el diario británico The Financial Times informó, citando a cuatro funcionarios al tanto de las negociaciones, que los titulares de Finanzas del G7 habían llegado a un acuerdo sobre la cuestión. La medida entraría en vigor en línea con los embargos de la Unión Europea: para el crudo a partir del 5 de diciembre y para productos derivados desde el 5 de febrero del próximo año, aseguró uno de los informantes.
La iniciativa cuenta con el apoyo de la Comisión Europea, pero requerirá del visto bueno de los Estados miembro. En su búsqueda de un pleno respaldo, el bloque podría encontrar las objeciones de tales países como Hungría que en reiteradas ocasiones se ha mostrado en contra de establecer cualquier tope al precio de petróleo ruso.
Asimismo, Bruselas tendría que modificar su sexto paquete de sanciones antirrusas por el conflicto en Ucrania, que prohíbe a las empresas de bloque prestar servicios financieros y de seguro relacionados con el crudo a terceros países , resume Bloomberg.
Las fuentes del The Financial Times indicaron que el G7 espera que terceros países que compran grandes cantidades del crudo ruso, como la India, se unan a la medida.
Rusia enviará su crudo a «destinos alternativos»
Mientras, el portavoz del presidente ruso Vladímir Putin, Dmitri Peskov, advirtió este viernes que Moscú enviará a «destinos alternativos» el petróleo que no vaya a aquellos países que decidan poner un tope al precio del hidrocarburo. En este sentido, el vocero señaló que el crudo se suministrará únicamente a los países que «operan bajo condiciones de mercado».
Este jueves, el viceprimer ministro ruso, Alexánder Novak, lanzó una alerta similar, acentuando que tanto el hidrocarburo como los productos petrolíferos «simplemente» no se suministrarán a las naciones que impongan las restricciones. El alto funcionario calificó de «absurdo total» las propuestas al respecto, tachándolas a la vez de «interferencia en los mecanismos de mercado».
- Las propuestas dirigidas a limitar los precios de la energía y a reducir la demanda forman parte de los intentos de Bruselas de hacer frente a los crecientes costes de la energía en Europa.
- En julio, los analistas del conglomerado financiero JP Morgan Chase & Co pronosticaron que los precios mundiales podrían alcanzar unos 380 dólares por barril en caso de materializarse los topes de precio.