Nicaragua es el país más corrupto de Centroamérica y el segundo del continente americano junto con Haití, según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) presentado este martes por Transparencia Internacional (TI), que denunció la manipulación del Poder Judicial nicaragüense para «consolidar la dictadura» en esa nación, gobernada desde 2007 por Daniel Ortega.
Según el IPC en el sector público, con una escala desde cero (muy corrupto) hasta 100 (muy baja corrupción), Nicaragua obtuvo 17 puntos, al igual que Haití, y por encima de Venezuela (13), con los que se ubica en el puesto más bajo de la lista de países americanos.
«Venezuela (13), Haití (17) y Nicaragua (17) presentan los puntajes más bajos, con un contexto de impunidad generalizada y ausencia total de independencia del Poder Judicial», señaló TI.
La organización explicó que en América Latina y el Caribe la falta de independencia y transparencia del Poder Judicial facilita la corrupción y la influencia indebida por parte de élites políticas y económicas.
En casos de cooptación extrema de jueces y fiscales por parte de las élites políticas, como se ha visto en Nicaragua (17), Guatemala (23) y El Salvador (31), el Poder Judicial se ha convertido en una herramienta para atacar a jueces y fiscales honestos, denunció.
«Recientemente, en los dos últimos países (Guatemala y El Salvador), el Poder Judicial se ha utilizado para manipular procesos electorales, poniendo en riesgo a la democracia y, en el caso de Nicaragua, se ha usado para consolidar la dictadura», remarcó.
Sensación de impunidad
La sensación de impunidad y la incapacidad de jueces y fiscales para proceder con imparcialidad y garantizar juicios justos e igualdad ante la ley afectan significativamente la confianza pública en el Poder Judicial, alertó ese organismo.
«Esto, a su vez, desalienta las denuncias, ya que la institución se percibe como corrupta, poco confiable e insegura. Los más afectados son los más pobres y los grupos vulnerables, como las mujeres, los pueblos indígenas, los afrodescendientes, las minorías sexuales y las personas migrantes. Estos grupos a menudo experimentan discriminación cuando intentan obtener justicia», anotó.
Para TI, la falta de independencia judicial frena el combate a la corrupción, y con dos tercios de los países de la región con una puntuación inferior a 50 sobre 100 en el IPC, las Américas sigue enfrentando serios desafíos en la lucha contra la corrupción.
«La falta de independencia del Poder Judicial en la región es uno de los principales problemas. Esto debilita el estado de derecho y promueve la impunidad de los poderosos y los criminales en perjuicio de las personas y del bien común», advirtió.
Según el organismo, el fortalecimiento y la independencia del Poder Judicial en las Américas fomentará sociedades más justas, orientadas al bien común y libres de corrupción e impunidad.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, acentuada tras las controvertidas elecciones generales de noviembre de 2021, en las que el presidente Daniel Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.
Con información de EFE