TEGUCIGALPA, HONDURAS
El estudiante universitario Kevin Solórzano fue hallado culpable la noche del miércoles por el asesinato del exfiscal Edwin Eguigure y por el frustrado crimen de María Auxiliadora Sierra, ocurrido en noviembre de 2014.
El Tribunal de Sentencias de la capital de Honduras halló indicios que colocan al joven en la escena del crimen de Eguigure y de haber sido el sujeto que apuntó con un arma al rostro de Sierra, pero falló en el intento porque el artefacto se estropeó.
Por mayoría de votos (dos a favor y uno en contra) se determinó, según la resolución, que Solórzano incurrió en asesinato contra el exfiscal, ya que lo hizo con alevosía porque usó la figura del asalto para proceder, junto a otros sospechosos, a matar al exempleado del Ministerio Público, quien recibió unas 40 heridas de arma blanca en varias partes del cuerpo.
Imágenes en poder de este periódico revelan el estilo de vida que tuvo en su momento Solórzano, unos años antes del crimen contra el fiscal Eguigure y que le ha costado la privación definitiva de la libertad.
Estas fotos, recuperadas de la cuenta de Twitter del ahora condenado revelan una inusual conducta al mostrar armas y dinero. Las imágenes fueron tomadas en fecha no especificada, aunque revelan cómo era el comportamiento del joven.
Las capturas muestran al joven con conductas que no son apropiadas para una persona mayor de 21 años; en 2012 apenas tenía 16 años y publicó en su red social -ya clausurada- cómo era su comportamiento.
Los jueces de sentencia hallaron suficientes elementos probatorios para -por mayoría de votos- dictar sentencia condenatoria contra Solórzano, lo que le costaría unos 33 años de cárcel, por haber participado en el asesinato de Eguigure, pues se basaron en evidencias que lo incriminan y lo colocan en la escena del crimen.
Tras la lectura de los hallazgos que hicieron los investigadores, pudieron probar que, en efecto, Solórzano, participó en el asalto a mano armada que acabó con la vida de Eguigure, ya que con el cruce de información y otras pruebas científicas lograron hundir al sospechoso.