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domingo, noviembre 24, 2024
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La «fatiga por vacunación» hace más vulnerable a EE.UU. frente a la influenza

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La temporada de influenza comenzó antes de lo previsto en Estados Unidos este año, pero las tasas de vacunación dictan mucho de seguir el ritmo.

Los estadounidenses no están tan convencidos sobre las vacunas contra la influenza. El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. (HHS, por sus siglas en inglés) estableció un objetivo de vacunación del 70% en el  plan Healthy People 2030.

Pero menos de la mitad de la población se ha vacunado contra la influenza de manera anual, durante al menos la última década.

Los responsables de la sanidad pública afirman que este año ha sido especialmente difícil conseguir que la gente se vacune contra la influenza porque están cansados de oír hablar de vacunas.

Lo que antes era un impulso anual para que la gente se vacunara al comienzo de cada temporada de influenza se ha convertido en un mensaje casi constante sobre las vacunas, con un anuncio sobre la nueva disponibilidad o elegibilidad para la vacuna contra el covid-19 que parece llegar cada dos meses.

«Hay mucha fatiga con respecto a las vacunas. Pedir a la gente este año que se ponga no solo una vacuna, sino la vacuna anual contra la influenza, así como el refuerzo contra el covid, ha sido realmente lo que yo he llamado una venta difícil», dijo el Dr. William Schaffner, director médico de la Fundación Nacional de Enfermedades Infecciosas y profesor del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt.

«Hay un viejo dicho, ‘la familiaridad genera desprecio’. Bueno, quizá sea un poco fuerte, pero la familiaridad parece engendrar cierta despreocupación», dijo.

Esta temporada se han distribuido millones menos de dosis de vacunas contra la influenza que en temporadas anteriores, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Solo el 26% de los adultos se había vacunado contra la influenza a finales de octubre, un plazo que los expertos médicos recomiendan desde hace tiempo para una protección óptima durante la temporada.

Aproximadamente el 43% de los menores se había vacunado contra la influenza a finales de noviembre.

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Considerar una nueva normalidad

El primer año de la pandemia de covid-19, la temporada de influenza 2020-2021, fue una excepción notable, según los expertos.

Las tasas de vacunación contra la influenza se dispararon más de lo habitual en medio de temores de una «doble pandemia», con el coronavirus y la influenza circulando juntos.

«El mensaje de salud pública —y creo que lo hicimos con gran eficacia— fue: ahora mismo no puedes protegerte contra el covid, pero sin duda puedes eliminar la posibilidad de la influenza», dijo LJ Tan, director de estrategia de la Immunization Action Coalition y copresidente de la Cumbre Nacional de Vacunación contra Influenza en Adultos, organizaciones sin fines de lucro dedicadas a mejorar la cobertura de vacunación en EE.UU.

«Estábamos saliendo de encierros, y la gente quería ser activa en lugar de pasiva. Así que cuando le dijimos a la gente en ese momento: ‘No tienes una vacuna contra el covid, pero sin duda puedes quitarte la influenza de encima vacunándote’, la gente dijo: ‘Sí, lo haré'».

Pero esa doble amenaza no se materializó. Las temporadas de influenza han sido inusualmente leves en los dos últimos años, y la gente ha bajado la guardia, dicen los expertos.

«Casi he tenido que recordar a la gente lo que es la influenza», afirma Schaffner. «Hemos tenido dos años muy reducidos, de muy baja influenza. Y, por supuesto, todo el mundo ha estado preocupado por el covid, y quieren dejar atrás el covid y seguir con sus vidas».

Ahora, los mensajes continuos sobre la triple amenaza de los virus (influenza, covid y Virus Respiratorio Sincitial, VRS) no llegan de la misma manera. La urgencia es real, ya que los hospitales de todo el país amplían su capacidad a niveles récord, pero no está impulsando a la gente a actuar.

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«Me parece que la gente se ha acostumbrado a las malas temporadas de influenza para los ancianos. Así que esto es lo mismo, con algunos virus más. Hay una sensación de que esto es lo que vamos a esperar y esto es con lo que tenemos que vivir», dijo el Dr. Jesse Hackell, un pediatra que fue coautor de un informe clínico.

«Lo que estamos pasando por alto es el hecho de que los niños y los hospitales infantiles están sufriendo de una manera que nunca antes habíamos visto».

Numerosos estudios han encontrado que las vacunas contra la influenza y el covid-19 reducen significativamente el riesgo de resultados graves para aquellos que se infectan, incluida la hospitalización y la muerte, reduciendo así la carga sobre la fuerza de trabajo de atención médica.

Según Hackell, la fatiga general por las vacunas se ve agravado por la fatiga por la toma de decisiones.

La gente tiene que elegir si se vacuna contra la influenza cada año y, más recientemente, tiene que tomar decisiones sobre los refuerzos actualizados de la vacuna contra el covid-19. Cada nueva decisión abre la puerta a errores o a que la desinformación se filtre en el proceso.

«Si se tratara de una vacuna como la del sarampión, en la que es realmente eficaz y no se repite, podría ser diferente», dijo Hackell. «Pero tenemos que compararla con las vacunas contra el covid y contra la influenza, donde la eficacia es menos que espectacular, y cuando hay mucha controversia, creo que eso afecta».

Los profesionales sanitarios también están agotados, dicen los expertos.

«Creo que también hay fatiga, daño moral, agotamiento, por parte de los proveedores. No estamos insistiendo tanto», afirma Hackell, que también preside el Comité de Práctica y Medicina Ambulatoria de la Academia Estadounidense de Pediatría. «Resulta muy difícil mantener estas conversaciones improductivas una y otra vez. Y ahora hay tantas más enfermedades respiratorias que no sé si hay tiempo para mantener estas largas conversaciones cuando la consulta está llena de niños enfermos».

Relación entre el covid y la influenza

La aceptación de la dosis de refuerzo actualizada contra el covid-19 también ha sido mediocre: según los datos de los CDC, menos de 1 de cada 7 personas que cumplen los requisitos han recibido la vacuna desde que se autorizó en otoño boreal.

Los mensajes de la Casa Blanca instan a los estadounidenses a ponerse la vacuna de refuerzo actualizada contra el covid-19 y la vacuna contra la influenza al mismo tiempo.

Pero a pesar de la conveniencia de recibir ambas vacunas a la vez, existen pruebas de que la combinación de ambas no es la mejor manera de aumentar las tasas de cobertura de ninguna de ellas.

Siempre ha habido dudas en torno a la vacunación, pero se ha politizado mucho durante la pandemia de covid-19.

«Todavía hay mucha gente en este país que no cree en las vacunas contra la influenza y el covid y a la que no hemos podido convencer», afirmó Lori Tremmel Freeman, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Funcionarios Sanitarios de Condados y Ciudades. «La influenza es grave en nuestro país, y mata a mucha gente, y hospitaliza a mucha gente, y ataca a jóvenes y mayores. Así que deberíamos prestarle más atención».

Pero incluso cuando el interés por las vacunas de refuerzo era mayor, era raro que la gente se pusiera las dos vacunas simultáneamente.

Los reportes al sistema de monitoreo V-safe de los CDC muestran que menos de 1 de cada 10 personas que recibieron una vacuna de refuerzo contra el covid-19 entre septiembre de 2021 y mayo de 2022 se vacunaron contra la influenza al mismo tiempo.

«Damos múltiples vacunas a nuestros hijos al mismo tiempo, pero no lo hemos hecho típicamente para los adultos», dijo Tan, exenlace del comité asesor de vacunas de los CDC para la Asociación Médica Estadounidense.

Tratar de persuadir a la gente para que haga algo nuevo puede sumarse a la indecisión que ya se ha generalizado y hacer que sea menos probable que acudan. En cambio, parece mucho más probable que la gente acepte la oferta de una vacuna contra la influenza en una cita que programó para recibir un refuerzo de la vacuna contra el covid-19, o viceversa.

«Cierta confianza la da la interacción directa con un proveedor de atención sanitaria, en este caso, el farmacéutico o el médico o el clínico, que es capaz de tranquilizar al paciente asegurándole que es seguro», afirma Tan. «En esa conversación personal entre el proveedor y el paciente, éste acaba confiando y vacunándose. Es un testimonio también de nuestros extraordinarios profesionales sanitarios».

Puede que el mensaje esté abriéndose paso. En los centros Walgreens, la administración conjunta de la vacuna contra la influenza y contra el covid-19 ha aumentado un 70% este año respecto al año pasado.

Más vale tarde que nunca

Tan afirma que ha habido signos de mejora en las últimas semanas.

Las farmacias se están volviendo mucho más populares que los consultorios médicos entre los adultos a la hora de elegir dónde vacunarse contra la influenza, y los datos  de los CDC muestran que el número de vacunas contra la influenza administradas en farmacias esta temporada está superando al del año pasado. Es una señal de que hay más oportunidades de llegar a un grupo más amplio de adultos por lo demás sanos que tienen menos probabilidades de tener un proveedor de atención primaria, dijo Tan.

«Por lo menos ahora tenemos un repunte, en lugar del continuo descenso que registramos hace cuatro semanas», afirmó. «Pero, si bien sueno positivo, quiero recordarnos a todos que tenemos que ser mejores de lo que somos actualmente».

Y aunque luchar contra la “fatiga” sobre la vacunación es un reto, no es una excusa para dejar que las tasas de vacunación decaigan.

«En muchas circunstancias, podemos superar la fatiga con acceso», dijo Tan.

En el ámbito de la salud pública, «tenemos que empezar a ser propositivos para averiguar qué mensajes deben cambiar para que podamos pensar de forma innovadora y hacer que la gente vuelva a estar motivada para buscar la vacuna de la influenza. Ahora mismo, es demasiado una vacuna de conveniencia».

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