TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Es lamentable que la violencia se haya generalizado tanto que hasta hemos aprendido a vivir así y esto afecta a las familias, a la comunidad y genera miedo, dijo la directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Migdonia Ayestas.
No hay convivencia social porque los problemas de violencia están muy enraizados, los niños y niñas crecen viendo violencia y reproducen los patrones cuando ya tienen sus relaciones interpersonales o de pareja.
De acuerdo a los datos del Observatorio de la Violencia se evidencia que más o menos el 25 % de los casos en este año son y tiene que ver con conflictos entre la familia.
Es así que se ven muchos problemas familiares pérdidas de vidas por ejemplo por disputas de herencias de tierras y otros bienes
Se han visto casos que hay familias que por una disputa de un terreno de una herencia le están quitando la vida a 7 personas, subrayó.
La convivencia familiar y ciudadana está muy dañada para el caso se evidencia también en que más o menos el 15 % de las muertes violentas se dan las riñas interpersonales, luego la violencia doméstica e intrafamiliar deja un promedio de 700 víctimas.
La violencia en las comunidades y familiares también se evidencia en la gran cantidad de denuncias que recibe el 911, no obstante, el otro problema es que la gente pierde la confianza porque muchas veces no hay respuesta a la denuncia entonces las personas, dejan de denunciar, refirió Ayestas.
En tal sentido, se conoce que uno de los mayores problemas de violencia es lo que tiene que ver con la armonía porque se está perdiendo la convivencia pacífica que debe haber en la comunidad y en el seno de la familia, concluyó