La Fiscalía del Distrito Sur de Estados Unidos solicitó al juez Kevin Castel la unificación del juicio por narcotráfico contra el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, el exjefe de la Policía Nacional, Juan Carlos «El Tigre» Bonilla y el expolicía Mauricio Hernández Pineda, que está pactado para dar inicio el 18 de septiembre de 2023.
A través de un extenso documento, la Fiscalía del Distrito Sur arguyó los motivos de la unificación del juicio para los tres exfuncionarios hondureños, en donde además reveló los nombres de quiénes serían los testigos que se presentarán ante el jurado de la Corte estadounidense.
Primeramente, los testigos se conocieron como co-conspiradores CW-1, CW-2, CW-3 y CW-4, quienes presentarán sus testimonios como colaboradores en el tráfico de drogas, donde se involucran a Juan Orlando Hernández, alias JOH (por sus siglas), «El Tigre» Bonilla y Hernández Pineda.
Primero, la Fiscalía indica que CW-1 es un expolicía identificado como Mario Guillermo Mejía Vargas, quien se entregó voluntariamente a la justicia de Estados Unidos en 2016, y que se declaró culpable de los cargos de conspiración en el tráfico de drogas; Mejía Vargas llegó a un arreglo para colaborar.
De acuerdo a la Fiscalía, Mejía Vargas trabajaba muy de cerca con Mauricio Hernández Pineda, primo de JOH y de Juan Antonio «Tony» Hernández (hermano del expresidente de Honduras), quien fue condenado en 2021 a cadena perpetua más 30 años de prisión por ser considerado «un narco a gran escala».
Según la acusación, Hernández Pineda abusó de su posición de alto rango desde la Policía Nacional para realizar el apoyo a la conspiración del tráfico de drogas.
Entre otras cosas, Hernández Pineda brindó seguridad armada a grandes cargamentos de cocaína que pasaban por Honduras, pertenecientes a narcotraficantes alineados a Juan Orlando y Tony Hernández.
En tal sentido, la Fiscalía buscará que Mario Guillermo describa los pasos que tomó para proteger los envíos de tráfico de drogas en las que Hernández Pineda y Tony estuvieron involucrados.
«El gobierno espera que CW-1 testifique sobre conversaciones que tuvo con Mauricio Hernández Pineda en las que le ordenó que no cooperara con las fuerzas del orden estadounidenses contra Juan Orlando y Juan Antonio Hernández», señala el escrito.
Según el documento, Hernández Pineda llevó a Mejía Vargas a la casa de Tony Hernández en Tegucigalpa, y mientras estaba allí observó en la habitación de huéspedes un armario lleno de fajos de 20 dólares, los que fueron envueltos de la misma manera que los sobornos que había recibido anteriormente a cambio de brindar protección y seguridad a los cargamentos.
Estos sobornaron a otros oficiales para que no registraran a los vehículos cargados de cocaína en los puntos de control.
CW-2: Alexander Ardón
El segundo testigo es Alexander «Chande» Ardón, exalcalde del municipio de El Paraíso, Copán, al occidente de Honduras, quien coordinaba los cargamentos de droga que pasaban por Honduras y que eran entregados al Cártel de Sinaloa de México, liderado entonces por Joaquín «El Chapo» Guzmán, de acuerdo al documento.
Tras entregarse voluntariamente a Estados Unidos, comenzó a cooperar con los fiscales y a desenredar toda una maraña que salpican a políticos y exdiputados en el cobro de sobornos.
La acusación establece que, a través de Chande Ardón, el Cártel de Sinaloa pagó al menos un millón de dólares para financiar la campaña electoral de Juan Orlando Hernández en 2013, que posteriormente se convertiría en presidente de la nación centroamericana en dos periodos 2014-2018 y 2018-2022.
Durante la reunión, que se supone sucedió en 2013, estuvieron presentes además de Tony Hernández y El Chapo Guzmán, los guatemaltecos Otto René Salguero Morales y Ronald Enrique Salguero Portillo.
Además, el primo de JOH, Mauricio Hernández Pineda estuvo, supuestamente, presente en la reunión en la que «El Chapo» pagó el supuesto soborno de un millón de dólares para la campaña de Hernández.
Tony era el vínculo directo con los primos guatemaltecos Otto y Ronald Salguero para mantener en línea al exgobernante hondureño con el Cártel de Sinaloa.
En 2020, los primos Salguero se entregaron a la justicia de Estados Unidos y confesaron que fueron, durante 15 años, proveedores de cocaína del capo mexicano, mismo que cumple cadena perpetua en una cárcel norteamericana por narcotráfico.
Los documentos indican, además, que Ardón desembolsó una fuerte suma de dinero a tres diputados del Congreso Nacional para asegurar la elección de Juan Orlando como presidente de ese poder del Estado.
«Después de CW-2 sobornaba con éxito a los congresistas, JOH lo llamó para agradecerle. En la llamada, Juan Orlando manifestó que él estaba disponible para cualquier favor que pudiera necesitar, como una referencia a la protección de la cocaína de la Policía», expresa el escrito.
En 2011, mientras continuaba traficando cantidades masivas de cocaína, Ardón vino a apelar a la protección que le garantizaba Juan Orlando.
Este confiaba en que Hernández Pineda y «El Tigre» Bonilla le ayudarían a transportar su droga.
«El Rojo»: un testigo clave
El tercer testigo es el guatemalteco Víctor Hugo Díaz Morales, alias «El Rojo», identificado como CW-3, uno de los socios principales de Tony Hernández, y quien fue testigo en el juicio del exparlamentario hondureño.
La Fiscalía espera que CW-3 declare sobre su rol en el narcotráfico y el papel de cada uno de los acusados en ese tráfico, incluyendo que El Rojo testifique que Tony Hernández y Juan Orlando Hernández tenían influencia sobre la Policía al más alto nivel para proteger el narcotráfico.
Además de realizar actos de violencia, Juan Orlando, Tony Hernández y Bonilla ayudaron a proteger el tráfico de drogas de CW-3 asegurando que la Policía Nacional no interceptara los envíos de cocaína.
Asimismo, los fiscales esperan que «El Rojo» también declare sobre la protección que Hernández Pineda proveyó para las actividades de narcotráfico de Juan Orlando y Tony Hernández.
CW-4: «El Cachiro»
El cuarto testigo es Devis Leonel Rivera Maradiaga, cabecilla del cartel de «Los Cachiros», quien mantuvo, supuestamente, vínculos con «El Tigre» para facilitar el tráfico de drogas a Estados Unidos.
En 2003, CW-4 se reunió con «El Tigre» Bonilla para buscar ayuda para localizar y matar a un traficante rival. Bonilla Valladares le dijo a Rivera Maradiaga que, a cambio del pago, él y otros miembros de la Policía localizarían a la víctima para seguir sus movimientos y matarlo, indica el documento.
CW-4 pagó a Bonilla aproximadamente 300 mil dólares para llevar a cabo el asesinato, aunque Rivera Maradiaga, eventualmente, tuvo a alguien más para llevar a cabo el asesinato.
La víctima únicamente fue identificada como «Arita», quien fue «dado de baja» en una zona de Copán. Esta sería una de las pruebas que podría haber en contra de «El Tigre».
Asimismo, la Fiscalía establece que Devis Leonel pagó sobornos a poderosos políticos y empresarios hondureños, incluidos Juan Orlando, a cambio de protección y asistencia para su narcotráfico y dinero actividades de lavado.
Otros vínculos de JOH
La captura de los líderes del clan de los Valle Valle, Miguel Arnulfo y Luis Alonso, en octubre de 2014 fue uno de los mayores logros del expresidente Hernández durante su gestión de ocho años en materia de seguridad, según su Gobierno.
Luego, las autoridades detuvieron a Digna Valle, hermana de Miguel Arnulfo y Luis Alonso y, según documentos de la inteligencia hondureña, el cerebro financiero de la operación, junto a su hijo, Gerson Stanley Ortega Valle.
Gerson Stanley se entregó en marzo de 2018 a agentes de la Administración de Control de Drogas (DEA, en inglés) de Estados Unidos, quienes lo buscaban por cargos de narcotráfico y lavado de dinero.
Ortega Valle fue condenado por una corte de Estados Unidos a 9 años de cárcel, pero recuperó su libertad el 4 de junio del 2022. La inteligencia hondureña lo ha ubicado en Guatemala, desde donde se mantiene activo.
No obstante, el clan de los Valle Valle nunca dejó de operar del todo, pues estos mantuvieron activos negocios en Copán, Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos principales ciudades de Honduras, con los que siguieron lavando dinero del narcotráfico.
Sin embargo, no es el único del clan que continúa activo, pues también siguen operando en el occidente de Honduras los herederos de Alexander Ardón.
Desde El Paraíso, Copán, el occidente de Honduras, según investigaciones de autoridades antidrogas de Estados Unidos, transitan toneladas de cocaína, muchos de esas facilitadas, hace algunos años, por Chande Ardón, el nexo más importante entre el clan de los Hernández.
El exalcalde de El Paraíso, así como Digna y Stanley Valle, se convirtieron en colaboradores del Departamento de Justicia de los Estados Unidos en el caso contra JOH, quien espera juicio en la Corte del Distrito Sur de Nueva York programado para el 18 de septiembre de 2023.
Extradición de JOH
Juan Orlando Hernández fue capturado el 14 de febrero de 2022 y posteriormente fue extraditado el 21 de abril, tras ocho años en el poder por el derechista Partido Nacional.
Entre los cargos está el delito de conspiración para importar más de cinco kilos de cocaína a Estados Unidos, además, por usar o portar armas de fuego incluyendo ametralladoras y dispositivos destructivos para el tráfico de drogas.
Durante su primera audiencia, la Fiscalía precisó que sus pruebas se basan en archivos electrónicos del acusado, incluyendo mensajes y escuchas telefónicas. JOH se declaró no culpable.
Las defensas, tanto de Hernández como de Bonilla, alegan que no pueden ser presentados juntos porque en este caso estarían llevando un juicio junto a Hernández Pineda, y ellos no alegan que este no es un narcotraficante.
Entonces, afirman que al momento de presentarse a un juicio junto a él donde se compruebe la conspiración por narcotráfico, eso estaría arrastrando a JOH y a «El Tigre» Bonilla.