Un grupo de migrantes indígenas latinoamericanos pidió en Nueva York que les otorguen los permisos necesarios para vender sus productos artesanales y que les ofrezcan más espacios donde poder ofrecer su artesanía.
Varios vendedores de pueblos originarios de Guatemala, México y Ecuador hicieron esta solicitud durante una feria, organizada por la Oficina de Asuntos del Inmigrante de la Alcaldía en el marco de la Semana del Migrante en Nueva York, donde ofrecían su ropa, calzado, productos gastronómicos y artesanales hechos por indígenas en sus países de origen.
“Esto es una cadena. Ellos nos ayudan (desde sus países, enviando productos) y nosotros les ayudamos” vendiendo sus productos en Nueva York, dijo Fermina Morales, de 32 años, de Quetzaltenango, en Guatemala, que vendía artesanía hecha por mujeres descendientes de mayas, así como gastronomía de su país.
“Estamos trayendo el sabor de nuestra cultura, tratamos de que no se olvide”, indicó Morales, que reiteró que miles de vendedores de la ciudad reclaman los permisos para trabajar sin enfrentar multas de mil dólares o el decomiso de sus productos.
En Nueva York hay más de 10 mil personas en la lista de espera de permisos para venta de alimentos y casi 12 mil individuos para la venta de otro tipo de mercancía que venden a pesar de que la ciudad congeló los permisos en 1979.
Morales también pidió a las autoridades locales ayuda para los nativos que como ella, que habla la lengua Mam (uno de los idiomas mayas), no habla ninguna de las lenguas reconocidas por la ciudad.
El mexicano Honorio Vázquez, de la ciudad de Tlapa, en el estado de Guerrero, dijo a EFE que espera que esta no sea la primera vez que le inviten ya que es la única manera que puede vender la ropa que hace su familia por no contar con permisos.
El evento fue celebrado en la plaza Inmigrant Heritage (La herencia del inmigrante) frente al Museo Nacional del Indio Estadounidense.
El comisionado de la Oficina de Asuntos del Inmigrante, Manuel Castro, que es mexicano y llegó indocumentado a esta ciudad, comentó a EFE que el evento es el primero de un programa piloto que busca destacar a las comunidades inmigrantes que viven en la ciudad y a su vez educar sobre las culturas indígenas, aunque reconoció que “es un proceso largo” que requiere colaboración con otras agencias.
“Para mí es importante honrar la historia de los inmigrantes que llegaron aquí y recordar a todos que esta sigue siendo una ciudad de inmigrantes, muchos recién llegados, y no olvidar que muchos tenemos origen indígena”, señaló Castro.
Con información de EFE