TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La representante de las Naciones Unidas en Tegucigalpa, Alice Shackelford, le expresó sus condolencias a los familiares de los cinco hondureños muertos el viernes en un tiroteo en San Jacinto (Texas), Estados Unidos.
«¡Terrible noticia y de mucho dolor para Honduras! La violencia transciende fronteras y debe detenerse en todas sus formas. ¡Necesitamos paz! Nuestras condolencias y solidaridad de parte de @ONUHonduras con las familias afectadas», expresó en Twitter la alta funcionaria de las Naciones Unidas.
Por el hecho sangriento es buscado el mexicano Francisco Oropeza, de 38 años, y las autoridades locales de Texas han ofrecido una recompensa de hasta 5 millones de dólares a quien tenga cualquier tipo de información que conduzca a su arresto.
Los fallecidos fueron identificados como Daniel Enrique Lazo (8 años), Sonia Argentina Guzmán (25), Diana Velásquez Alvarado (21), Obdulia Molina Rivera (31) y José Jonathan Cáceres (18).
Los familiares de las víctimas del crimen múltiple en Honduras le solicitaron hoy al Gobierno que preside Xiomara Castro ayuda para repatriarlos.
La madre Obdulia, Francia Rivera, dijo llorando a los periodistas en Honduras que su hija y su nieto fueron «asesinados» y exigió justicia.
Agregó que su hija «solo quería una vida mejor para su familia, no encontrar la muerte de esa forma».
El canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina, exigió que se castigue con todo el peso de la ley al autor de la muerte de los cinco hondureños muertos a tiros, en San Jacinto, a unos 90 kilómetros de Houston.
«Exigimos se aplique todo el peso de la ley contra él o los responsables de este crimen», indicó Reina en la red social Twitter.
En un segundo mensaje, Reina expresó sus «condolencias a los familiares de las víctimas de este terrible crimen en San Jacinto, Texas, en el que han muerto 5 personas supuestamente de nacionalidad hondureña» y que «se ha instruido a nuestro consulado contactar con las autoridades y dar seguimiento cercano al caso».
El autor del tiroteo se dio a la fuga y podría estar armado con un fusil de asalto AR-15, un arma usada en muchos de los tiroteos de los últimos años, dijo el alguacil del condado de San Jacinto, Greg Capers, en una rueda de prensa horas después del suceso, que ha causado mucha consternación en Honduras.
Capers explicó que las víctimas recibieron disparos en el cuello y la cabeza, como si se tratara de una «ejecución».
Con información de EFE