A partir de este jueves 11 de mayo, la frontera entre ambos países cierra un capítulo y entra en una nueva era: El Título 42, una norma sanitaria impuesta por el Gobierno de Donald Trump (2017-2021) que permitía las expulsiones en caliente con la excusa de la pandemia del covid-19, llega a su fin.
Ahora, miles de migrantes viven incertidumbre en la frontera entre México y EE. UU., donde además de la patrulla fronteriza, se han topado con una serie de medidas que blindan a aquel país de la migración irregular. Al terminar la referida disposición regirá el Título 8, que contrario del Título 42, trae aparejadas sanciones: si el migrante intenta entrar de nuevo sin una documentación válida se le castiga con una prohibición de reingreso de al menos cinco años y posibles procesos penales.
Pero qué están viviendo los migrantes ante el blindaje que preparó Estados Unidos para desalentar la migración irregular.
Las familias que sean detenidas cruzando de manera irregular la frontera sur de Estados Unidos serán monitoreadas con un grillete electrónico y estarán sujetas a un toque de queda mientras las autoridades estudian sus casos.
Como parte del refuerzo de personal, el Gobierno estadounidense también desplegó unos 24 mil “oficiales del orden” en la frontera, además de unos 400 “voluntarios”.
También pretende vigilar la frontera con drones las 24 horas o permitir al Departamento de Seguridad Nacional trasladar a terceros países seguros a los solicitantes de asilo además de colocar un muro de alambra de púas complica la movilidad de los migrantes.