La tregua que mantenían Israel y Hamás se rompió la mañana de este viernes y se reanudó el intercambio de fuego, tras siete días de cese el fuego que permitieron la liberación de algunos rehenes capturados por el grupo islamista a cambio de la liberación de presos palestinos, informaron fuentes oficiales.
«Hamás violó la pausa operacional y además disparó hacia territorio israelí. Las Fuerzas de Defensa de Israel han retomado los combates contra la organización terrorista Hamás en la Franja de Gaza», informó el Ejército israelí en un comunicado.
Poco antes de las 6.00 hora local (4.00 GMT), comenzaron a activarse las sirenas antiaéreas en localidades israelíes cercanas a la Franja de Gaza.
«Tras el informe inicial sobre las sirenas en el kibutz Holit, se identificaron varios lanzamientos desde la Franja de Gaza hacia territorio israelí. Los lanzamientos no fueron interceptados según el protocolo», indicó un vocero del Ejército.
«Los aviones de combate de las Fuerzas de Defensa de Israel están atacando actualmente objetivos terroristas de Hamás en la Franja», añadió.
Por su parte, el Ministerio de Interior gazatí, controlado por Hamás, confirmó que «la aviación israelí sobrevuela la Franja y sus vehículos han abierto fuego en el noroeste del enclave».
Según medios palestinos, los ataques israelíes abarcan el norte y sur del enclave palestino, incluyendo áreas residenciales, y ya han producido nuevos heridos. Además, los milicianos de Hamás se enfrentan a las fuerzas israelíes terrestres en la vía Salah Al Din, que servía para la evacuación de desplazados del norte hacia el sur de la Franja.
El jueves fue la séptima y última jornada de una tregua negociada por Catar, Egipto y Estados Unidos, a través de un acuerdo que incluyó la liberación de rehenes a cambio de la liberación de presos palestinos en cárceles israelíes y la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.
En total, se liberaron 105 rehenes, entre ellos 81 israelíes y 24 extranjeros, y se excarcelaron 240 prisioneros palestinos, todos ellos mujeres y menores.
La tregua, que se inició el 24 de noviembre, supuso una pausa a la guerra que estalló el 7 de octubre tras un ataque del brazo armado de Hamás que incluyó el lanzamiento de miles de cohetes hacia Israel y la infiltración de unos 3.000 milicianos que masacraron a unas 1.200 personas y secuestraron a otras 240 en aldeas israelíes cercanas a la Franja de Gaza.
Desde entonces, y hasta el día en que comenzó la tregua, las fueras de Israel mantuvieron una implacable ofensiva por aire, tierra y mar sobre el enclave palestino que ha dejado más de 15.000 muertos, otras miles de personas sepultadas bajos los escombros, y casi dos millones de desplazados que viven una grave crisis humanitaria ante el colapso de los hospitales y la escasez de vivienda, agua potable, alimento, medicinas y electricidad.
El jueves, durante una visita oficial en Israel y Cisjordania ocupada, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, pidió a los líderes israelíes abstenerse de reanudar la ofensiva militar en la Franja de Gaza a menos de que establezca un plan concreto para proteger a los civiles palestinos.
Estados Unidos no quiere que se repita en el sur del enclave palestino «las pérdidas masivas de vidas civiles y el desplazamiento (de personas), a la escala en que ocurrió en el norte», dijo Blinken, al explicar que el plan de Israel debe incluir «la designación precisa de áreas en el centro y sur de Gaza donde los civiles pueden estar a salvo y fuera de la línea de fuego», evitar el desplazamiento interno masivo y el daño a infraestructuras imprescindibles como hospitales, generadores de energía, proveedores de agua.
Catar estaba trabajando junto con sus socios regionales e internacionales para alcanzar un alto el fuego permanente, ante una presión internacional cada vez mayor en ese sentido.
Con información de EFE