Los panameños acuden a las urnas el domingo para votar en una elección que se ha visto consumida por el drama que se desarrolla en torno al expresidente del país, a pesar de ni siquiera estar en la boleta electoral.
Los votantes de la normalmente adormecida nación centroamericana sopesarán las promesas de prosperidad económica y represión migratoria con un escándalo de corrupción.
“La elección de Panamá será una de las más complejas de su historia moderna. La votación está marcada por una mayor fragmentación política y descontento social bajo el presidente saliente Laurentino Cortizo”, dijo Arantza Alonso, analista senior para las Américas de la consultora de riesgos Verisk Maplecroft.
La carrera presidencial permaneció en aguas inciertas hasta el viernes por la mañana, cuando la Corte Suprema de Panamá dictaminó que se permitía postularse al principal contendiente presidencial José Raúl Mulino. Dijo que era elegible a pesar de las acusaciones de que su candidatura no era legítima porque no fue elegido en una primaria.
Mulino se unió tarde a la carrera, reemplazando al ex presidente Ricardo Martinelli como candidato del partido Alcanzando Metas. Al apasionado Martinelli se le prohibió postularse en marzo después de haber sido sentenciado a más de 10 años de prisión por lavado de dinero.
Martinelli ha dominado gran parte de la carrera, haciendo campaña a favor de su ex compañero de fórmula desde dentro de los muros de la Embajada de Nicaragua, donde se refugió en febrero después de recibir asilo político.
Elecciones en Panamá
Aunque le falta el coraje de Martinelli, Mulino se ha aprovechado de su conexión con el expresidente. Rara vez se le vio sin su gorra azul “Martinelli Mulino 2024” y prometió ayudar a Martinelli si era elegido.
«Todo el mundo decía que si (Martinelli) se presenta, ganará», dijo Ragnhild Melzi, vicepresidente de programas públicos del Consejo de las Américas, con sede en Nueva York. “Mulino es su sucesor y creo que se beneficia de lo que tuvo Martinelli, de lo positivo que vio en él una parte muy grande de los panameños. El dinamismo que había”.
Detrás de Mulino están el expresidente Martín Torrijos y dos candidatos de elecciones anteriores, Ricardo Lombana y Rómulo Roux.
Mulino también prometió marcar el comienzo de una economía próspera como la que se vio bajo Martinelli, y detener la migración a través del Tapón del Darién, la peligrosa región selvática que se superpone a Colombia y Panamá y que fue atravesada por medio millón de migrantes el año pasado.
Su mensaje resonó entre muchos votantes cansados del establishment político en Panamá, que estuvo agitado durante semanas el año pasado por protestas masivas contra el gobierno.
Las protestas tuvieron como objetivo un contrato gubernamental con una mina de cobre, que según los críticos ponía en peligro el medio ambiente y el agua en un momento en que la sequía ha empeorado tanto que ha obstaculizado efectivamente el tránsito comercial a través del Canal de Panamá.
Con información de AP