La pandemia de covid-19 redujo la esperanza de vida en casi dos años entre 2019 y 2021, lo que destruyó una década de progreso, reveló la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La caída de ese marcador fue de exactamente 1,8 años, lo que llevó la esperanza de vida en el mundo a 71,4 años, el nivel de 2012, según el informe anual de la OMS sobre las estadísticas mundiales de salud.
Asimismo, la esperanza de una persona de poder vivir en buena salud disminuyó en 1,5 años y se ubicó en los 61,9 años en 2021, también el nivel de 2012.
La esperanza de vida no disminuyó de la misma manera en todo el mundo durante la pandemia de covid 19, que se cobró millones de vidas. Según la OMS, las regiones de América y Asia sudoriental fueron las más afectadas, con una disminución de la esperanza de vida de aproximadamente 3 años y de la esperanza de una vida sana de 2,5 años.
En cambio, la región del Pacífico occidental fue la menos afectada, con descensos de menos de 0,1 años en la esperanza de vida y de 0,2 años en la esperanza de vida sana durante el mismo período.
«En solo dos años la pandemia de covid 19 eliminó una década de progreso en la esperanza de vida», destacó el director general de la OMS, Tedros Adhanom. «Por eso el nuevo acuerdo sobre las pandemias –que los países miembros de la OMS no lograron acordar– es tan importante», subrayó.
Pese a los datos contundentes que presentó la OMS, las negociaciones de los países miembros para elaborar un tratado sobre la prevención y la lucha contra las pandemias concluyeron este viernes sin un consenso, tras dos años de esfuerzos.
«Puesto que han hecho todo lo posible, no hay por qué lamentarse», declaró el director de la OMS, Tedros Ghebreyesus, a los delegados. «Esto no es un fracaso», añadió y pidió a los países que sigan adelante porque «el mundo sigue necesitando un tratado sobre las pandemias». «Lo que importa ahora es saber qué hemos aprendido de esta experiencia y cómo podemos reiniciar las cosas, recalibrarlas e identificar los principales retos y seguir adelante. Eso es lo que cuenta», insistió.
A su juicio, ese tratado puede servir «no sólo para reforzar la seguridad sanitaria mundial, sino también para proteger las inversiones a largo plazo en el ámbito de la salud y promover la equidad dentro de los países, y entre ellos».
La importancia de la prevención y la lucha contra las pandemias quedó en evidencia después de la catástrofe humana y económica provocada por la covid 19, que demostró falta de preparación, coordinación y solidaridad.
Desde hace más de dos años, un colectivo de países intenta elaborar un marco general de respuesta ante ese tipo de situaciones y, pese a los avances de las últimas semanas, persisten obstáculos difíciles de superar. El principal es la creación de un sistema multilateral dirigido por la OMS para acceder a los patógenos con potencial pandémico detectados en distintos países y a los productos que sirven para combatirlos.
Los países en desarrollo son reacios a compartir información sobre sus agentes patógenos sin garantías de tener acceso a vacunas y otros productos sanitarios.
La financiación de este plan, particularmente para los países con menos ingresos, es otro punto delicado, así como la distribución equitativa de test de detección, tratamientos y vacunas y de los medios para producirlos.
Los negociadores tenían la opción de presentar a la asamblea un esbozo del tratado y mostrar un principio de acuerdo, con la esperanza de convencer a este organismo para que les otorgue más tiempo. En una versión preliminar del jueves, amplias partes del texto ya se habían aprobado.
Ellen ‘t Hoen, abogada de la organización Medicines Law & Policy, lamentó que el debate sobre el texto no hubiese empezado hasta el final de las discusiones y aseguró que querer elaborar este tratado en solo dos años «puede que fuera demasiado ambicioso». «Cuando más nos acercamos a la asamblea, más complejo se hace», reconoció la sudafricana Precious Matsoso, que copreside el grupo encargado de las conversaciones junto a Roland Driece, quien ya había advertido que «sin concesiones, esto no funcionará».
Las negociaciones se prolongaron varias veces, sin éxito. Driece las calificó de «montañas rusas». «No llegamos a donde esperábamos», es decir, a alcanzar un acuerdo, afirmó.
El grupo tendrá que informar de la falta de acuerdo ante la Asamblea Mundial de la Salud, el órgano supremo de la OMS del que forman parte 194 países, que se reunirá en Ginebra del 27 de mayo al 1 de junio. «Esperamos sinceramente que la Asamblea Mundial de la Salud tome las decisiones adecuadas para hacer avanzar este proceso (…) y que lleguemos a un acuerdo sobre la pandemia, porque lo necesitamos», subrayó Driece.
«Esto es claramente una pausa. La mayoría de los Estados miembros quieren continuar y consolidar lo que se ha conseguido», declaró un diplomático asiático que participa en las negociaciones.