TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Al estilo de la telenovela “Dos mujeres un camino”, solo que en este caso fueron tres las mujeres que llegaron hasta la morgue capitalina para reclamar el cuerpo de un privado de libertad fallecido.
La madrugada de este jueves, murieron dos reclusos, en un amotinamiento tras un intento de fuga del centro penitenciario Marco Aurelio Soto, ubicado en Támara, Francisco Morazán.
Según los informes, todavía es un misterio quién de las tres féminas se podrá llevar el cuerpo, ya que todas poseen conexiones con el difunto.
Afortunadamente, hasta ahora no ha habido enfrentamientos ni disputas entre ellas.
La noche del miércoles, un audaz plan de escape cobró vida en el penal ubicado a unos 25 kilómetros al norte de Tegucigalpa, donde 72 internos se unieron en su intento por eludir las rejas que limitan su libertad.
Ramiro Muñoz, presidente de la Junta Interventora de los centros penitenciarios, ha corroborado el trágico suceso, revelando que la violenta confrontación resultó en la pérdida de al menos dos vidas y dejó a otros tres internos con heridas.
Durante el motín en Támara, uno de los prisioneros perdió la vida, mientras que otro falleció en el camino al Hospital Escuela de Tegucigalpa, tal como señaló Muñoz.
De acuerdo con la información de Muñoz, “los centinelas penitenciarios hicieron lo que están obligados a hacer, ya que los reclusos no obedecieron las señales”, indicó.
También dijo, que este intento de fuga estaba planificado y que, aunque no pueda probarlo, considera que fue patrocinado por narcotraficantes que están encerrados.
“No se fugó ningún privado de libertad, Dios ha sido bueno porque los centros penales han estado limpios, las armas que se dispararon fueron de la Policía Militar”, señaló el coronel Ramiro Muñoz.
Los prisioneros que han perdido la vida son José Alejandro Cruz y Carlos Andrés Soler.
En cuanto a los heridos, solo se han podido identificar a tres: Óscar Orlando Cruz, Óscar Daniel Quinkirina y Marco Tulio Roque.