En un ambiente de alertas por lluvias, Honduras recordó esta semana 50 años del paso del huracán Fifí, que en 1974 dejó unos 10.000 muertos, según fuentes oficiales, muchos de ellos en la «ciudad mártir» de Choloma, que quedó soterrada bajo miles de toneladas de lodo y todo tipo de basura.
El huracán, que se formó en el Caribe y alcanzó la categoría 2 en la escala Saffir-Simpson con vientos máximos de 175 kilómetros por hora, causó daños en todo el país, pero su mayor fuerza la descargó en la zona norte, la más desarrollada.
La población del norte del país fue alertada el 16 de septiembre para que abandonara las regiones costeras y otras en riesgo de sufrir inundaciones, pero muchos se resistieron y perdieron la vida.
Un día después, el Fifí se convirtió en el huracán que hasta entonces le había causado más daño a Honduras en el siglo XX.
Choloma resurgió entre los escombros y el dolor
El 14 de septiembre de 1974 Fifí asomó como una onda tropical al este del mar Caribe, dos días después era una tormenta tropical, y el día 17, convertido en huracán, azotaba el territorio hondureño con copiosas precipitaciones que continuaron el 18, con un desplazamiento en paralelo a la costa norte, hasta tocar tierra en Belice el día 19.
El fenómeno, que dejó daños en Puerto Rico, Jamaica, Centroamérica y México, inundó con más intensidad las partes bajas de los departamentos del norte y oeste de Honduras, y en menor grado otras zonas, incluida Tegucigalpa.
Las severas inundaciones en el norte anegaron todo el Valle de Sula y arrastraron grandes extensiones de cultivos agrícolas, como banano, entonces el primer producto de exportación de Honduras, caña de azúcar, cítricos; ganado, frondosos árboles, viviendas, vehículos automotores y muchas personas, que flotaban muertas en las agitadas aguas, mientras otras nadaban desesperadas buscando salvarse.
El entonces pequeño municipio de Choloma, quedó sepultado y según cifras oficiales, la mayoría de su población murió. Algunos registros indican que los muertos habrían sumado unos 3.000, casi la tercera parte de los 10.000 fallecidos a nivel nacional.
Muchas personas que trabajaban en los campos bananeros de la Tela Railroad Company, subsidiaria de la estadounidense United Brands, se salvaron de morir porque lograron subirse al techo de los barracones de madera en que vivían.
Cuando el nivel de las aguas bajó, asomaron entre los escombros y en un ambiente fétido y de dolor, toneladas de lodo, arena, enormes rocas, troncos de árboles y cadáveres de personas y animales en estado de descomposición, y basura de todo tipo, lo que constataron periodistas de EFE.
Choloma fue declarada «ciudad mártir» al ser sepultada por la fuerza de un huracán Fifí que, aunque solo alcanzó categoría 2, es el que más muertos ha dejado en la historia de Honduras.
El más destructor de los huracanes que ha azotado a Honduras es el Mitch (escala 5), en 1998, con unos 5.657 muertos y daños materiales por unos 4.000 millones de dólares.
Choloma resurgió de entre los escombros y el dolor por sus muertos. Medio siglo después ha crecido mucho y cuenta con el mayor parque industrial de maquilas (ensambladoras).
En lo que va del presente siglo, las tormentas tropicales Eta e Iota, dejaron en noviembre de 2020 alrededor de un centenar de muertos, cuatro millones de personas afectadas y severos daños a la infraestructura y cultivos.
Con información de EFE