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miércoles, noviembre 6, 2024
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Experto de la OMM asegura que es mejor una falsa alarma que quedarse corto en casos de desastre natural

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Las catastróficas inundaciones en el Levante español han movido a la reflexión sobre cómo se debe advertir a las poblaciones ante un posible desastre natural, pero desde la Organización Meteorológica Mundial (OMM), donde los sistemas de alerta temprana son un objetivo prioritario, un experto recomienda incluso pecar de cautela excesiva antes que correr riesgos.

“Es preferible un ‘falso positivo’, tomar medidas y que no ocurra nada serio, a bajarle el nivel a una alerta para no causar molestias”, señala a EFE el oficial científico de la sección de reducción de riesgo de desastres de la OMM Vicente Vásquez, en una entrevista sobre las medidas preventivas a tomar.

Una falsa alarma “puede ocasionar molestias a la ciudadanía, pero en la otra cara da la moneda, no haber sido lo suficiente estricto en la emisión de la alerta puede causar pérdidas humanas y materiales”, subrayó el experto ecuatoriano.

Vásquez trabaja en la OMM en la aplicación del llamado “protocolo de alerta común”, un mensaje estándar para la rápida diseminación de alertas en casos de emergencia, que el pasado año fue adoptado por el Congreso Meteorológico Mundial y también por parte de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, otra agencia de la ONU cuyo papel en estos casos es importante.

Respecto a qué pudo fallar en las alertas que se enviaron la semana pasada en Valencia y otras zonas inundadas, el experto subrayó que “para que una alerta sea efectiva tiene que haber un mecanismo de coordinación en cada país”.

Conocer el riesgo y saber comunicarlo

Tras los avisos dados por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que “fueron a tiempo”, “llega la parre de conocer los riesgos, comunicarlos y responderlos”.

Sobre cómo mejorar la respuesta, el experto subrayó que corresponde a las autoridades españolas evaluarlo de una forma de que “todas las partes estén involucradas, incluyendo AEMET (la Agencia Estatal de Meteorología) y Protección Civil”.

Vásquez reconoció que pese que se tomen todas las precauciones posibles pueden darse situaciones nunca antes vistas, como pudo ocurrir en Valencia, debido a la fuerte cantidad de lluvia caída la semana pasada en muchas zonas donde se originaron las riadas.

“En la Tierra ahora hay más energía debido a la influencia humana, los eventos extremos van a ser más frecuentes e intensos, por lo que hay que actuar en base a antecedentes, pero también incorporar previsiones a largo plazo teniendo en cuenta los cambios que va a haber en el clima”, analizó.

Revisión y mejora

Vásquez insistió en la necesidad de revisar periódicamente los sistemas de alerta y prevención una vez se producen eventos meteorológicos extremos.

“La idea es mejorar continuamente, establecer un programa de prevención de calidad y actualizarlo, porque no podemos asumir que lo que ya se estableció vaya a funcionar siempre en sistemas climáticos cambiantes”, aseguró.

Vásquez subrayó que la OMM estudiará junto a AEMET lo sucedido en Levante para poder analizar “qué se pudo haber hecho mejor y qué pudo haberse evitado”, aunque anticipó que será pasados unos meses, una vez finalizadas las labores de respuesta y rescate tras el desastre

Sobre el hecho de que muchos mensajes de alarma no llegaran a los móviles debido a cortes en internet, Vásquez recordó que en 2025 se aprobará en el ámbito europeo la adopción de un sistema de difusión de mensajes de alerta vía satélite que pueda servir de alternativa.

Alertas tempranas, prioridad de la OMM

La OMM se ha fijado la extensión a todo el planeta de sistemas de alerta temprano antes de 2027 como una de sus principales prioridades en la respuesta contra el cambio climático y los desastres meteorológicos que se esperan ligados a él.

Mejores sistemas de alerta ya han influido en que los fallecidos por catástrofes meteorológicas hayan bajado de más de medio millón en la década de los años 70 del siglo pasado a 184.000 en el último decenio 2010-2019, pero el aumento de la frecuencia e intensidad de los eventos extremos obligará a duplicar los esfuerzos.

Con información de EFE

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