Medio centenar de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional (GN) dispersaron a unos 700 migrantes de Centro y Suramérica que pretendían salir en caravana este domingo desde la ciudad de Tapachula, fronteriza con Guatemala.
A las 06.00 horas (12.00 GMT) los migrantes estaban congregándose en el parque central de Tapachula cuando los agentes arribaron para dispersar a los extranjeros.
Los migrantes al ver la presencia de los agentes de migración y de la Guardia Nacional salieron corriendo con sus hijos y sus mochilas al hombro por las calles aledañas para esconderse de los uniformados.
Una decena de vehículos de migración y cinco de la Guardia Nacional fueron colocados por los agentes a la orilla del parque central.
Mientras tanto, algunos agentes se mantuvieron arriba de los automóviles observando los recorridos de otros que dieron la vuelta por toda la plaza principal.
El objetivo, dijo uno de los agentes a EFE, era esparcir a los cientos de migrantes que acampaban en diversos puntos, pero no detenerlos.
Tras el operativo, los migrantes señalaron que si las autoridades mexicanas no los quieren en Tapachula, ello solo piden que los dejen seguir avanzando por el país, ya que ese es su principal objetivo.
«No queremos nada de intimidación o que nos vengan a atropellar, ni quitarnos el dinero que tenemos», explicó, Josmar, migrante de Venezuela.
Su compatriota Willy expresó que «si no los mató la selva del «Diablo» (del Darién), ni migración, ni Guardia Nacional, nadie lo va a detener» y por ello expuso que saldrán caminando para la frontera norte.
Otro migrante de Colombia, Gustavo Deniz, expuso que lo único que quieren «es poder permanecer en Tapachula para trabajar y tener derecho a la libertad».
El INM avisó que más tarde continuará con operativos para detener a migrantes en hoteles, moteles y casas de huéspedes de Tapachula y municipios aledaños, a manera de seguridad.
Esto debido a que los traficantes de personas buscan nuevas alternativas y ahora utilizan casas en renta para concentrar a los indocumentados, situación que limitaba las acciones de control de parte de las autoridades.
Por su parte, el representante de la organización Calma Coita, Sergio Morales, remarcó que existe una crisis migratoria ya que la ley general de población en México tiene contemplado un determinado flujo migratorio para cada grupo, municipio y la dispersión depende de cómo la ley lo maneje.
El sábado, en el parque central de Tapachula, donde se reúnen migrantes de Venezuela, Perú, Ecuador, Colombia y Haití, los organizadores de la caravana colocaron dos cartulinas en las que anunciaron el nuevo movimiento masivo de personas, quienes buscan avanzar sin permisos migratorios.
Uno de los organizadores dijo a EFE que esperaban reunir a unas 1.000 o 1.500 personas y que partirían por la mañana del domingo.
La región vive un flujo migratorio récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) detuvo en el año fiscal de 2022 un número inédito de más de 2,76 millones de indocumentados, una cifra que incluye incrementos sustanciales en las capturas de migrantes cubanos y venezolanos.
Con información de EFE