Un cúmulo de activistas organizados por Greenpeace y Extinction Rebellion exigieron que se prohíban los vuelos de corta distancia y los aviones privados innecesarios.
Cientos de activistas medioambientales vestidos con monos blancos irrumpieron el sábado en una zona en la que había aviones privados en el aeropuerto de Schiphol de Ámsterdam e impidieron la salida de los aviones durante horas sentándose delante de sus ruedas.
La policía militar intervino y retiró del lugar a decenas de manifestantes en autobuses. Más de 100 activistas fueron detenidos, informó la cadena nacional NOS.
La protesta formaba parte de una jornada de manifestaciones en el centro aéreo y sus alrededores, organizadas por Greenpeace y Extinction Rebellion en el marco de la preparación de las conversaciones sobre el clima de la COP27 en Egipto.
No se registraron retrasos en los vuelos comerciales.
“Queremos menos vuelos, más trenes y que se prohíban los vuelos de corta distancia y los aviones privados innecesarios”, declaró la responsable de la campaña de Greenpeace Países Bajos, Dewi Zloch.
El grupo ecologista afirma que Schiphol es la mayor fuente de emisiones de dióxido de carbono de los Países Bajos, ya que emite 12.000 millones de kilogramos al año.
Otros cientos de manifestantes en el vestíbulo principal del aeropuerto y en sus alrededores llevaban pancartas que decían “Restringir la aviación” y “Más trenes”.
En respuesta a la protesta, Schiphol declaró que pretende convertirse en un aeropuerto libre de emisiones para 2030 y que apoya los objetivos de la industria de la aviación para alcanzar las emisiones netas cero en 2050.
La policía militar encargada de la seguridad del aeropuerto informó en un comunicado que había “realizado varias detenciones de personas que se encontraban en las instalaciones del aeropuerto sin estar autorizadas”.
El gobierno holandés anunció en junio planes para limitar el número de pasajeros anuales en el aeropuerto a 440.000, alrededor de un 11% por debajo de los niveles de 2019, citando la contaminación del aire y la preocupación por el clima.
El ministro de Transporte, Mark Harbers, dijo el mes pasado al Parlamento que su oficina no podía controlar el creciente tráfico de aviones privados, y el gobierno está estudiando la posibilidad de incluir esta cuestión en su política climática. (Rts)