24.4 C
Tegucigalpa
sábado, julio 5, 2025
spot_img
spot_img

Ansiedad y depresión: el enemigo silencioso que lleva a decenas al borde del suicidio en Honduras

  • Cada mes, al menos 30 personas intentan quitarse la vida y llegan al Hospital Mario Mendoza, donde la salud mental se ahoga entre el estigma y la saturación

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

Mientras el país se debate entre crisis políticas, económicas y sociales, otra pandemia avanza sin hacer ruido, cobrando víctimas invisibles: la de la ansiedad, la depresión y otros trastornos mentales que empujan a decenas de hondureños al límite de sus fuerzas.

En el Hospital Mario Mendoza, principal centro de atención en salud mental del país, cada mes llegan alrededor de 30 personas tras haber intentado suicidarse.

La mayoría tiene entre 20 y 39 años, es decir, se encuentran en plena edad productiva, lo que convierte esta crisis en un problema no solo de salud pública, sino también económico y social.

“Son personas que deberían estar en su etapa más productiva”, advierte Mario Aguilar, director del centro asistencial. “Estamos viendo un incremento alarmante en los intentos de suicidio y trastornos relacionados con la ansiedad y la depresión.”

A diario, el hospital atiende a más de 250 personas por diversas patologías mentales.

Aunque Aguilar asegura que cuentan con un buen porcentaje de abastecimiento de medicamentos, reconoce que algunos fármacos esenciales no están disponibles, aunque se intentan compensar con sustitutos.

Una carga que la sociedad aún no quiere ver

Además de la depresión y la ansiedad, otro trastorno que sobresale por su gravedad y frecuencia es la esquizofrenia, una enfermedad que altera profundamente la forma de pensar, sentir y actuar de quienes la padecen.

La saturación de los servicios, la falta de recursos especializados en otras regiones del país y el estigma social hacia las enfermedades mentales agravan la situación.

Muchas personas llegan al hospital cuando ya han tocado fondo, sin redes de apoyo ni opciones de atención temprana.

Un llamado urgente a las autoridades y a la sociedad

Pese a la magnitud del problema, el tema de la salud mental continúa relegado. No hay campañas nacionales de prevención sostenidas, ni inversión suficiente para fortalecer el sistema de salud mental a nivel comunitario. Y aunque en el Mario Mendoza se hace lo que se puede, no es suficiente frente a una pandemia que sigue creciendo en silencio.

El llamado es claro: la salud mental no puede seguir siendo invisible. La prevención, atención temprana, educación pública y el fortalecimiento institucional deben ser parte de una estrategia integral para frenar esta emergencia.

Mientras tanto, la ansiedad y la depresión seguirán empujando a muchos al borde del abismo, sin que nadie mire.

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img