TEGUCIGALPA, HONDURAS.
En medio de una nueva ofensiva diplomática liderada por el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, el gobierno de Honduras ha salido al paso para defender su derecho soberano a mantener relaciones con Cuba, tras el anuncio de que Washington retirará visas a funcionarios centroamericanos que colaboran con las misiones médicas del país caribeño.
El vicecanciller para asuntos consulares y migratorios, Antonio García, criticó que Estados Unidos imponga sanciones unilaterales basadas en posturas políticas, y dejó claro que Honduras no cederá su independencia diplomática.
“Cuba es un país hermano nuestro y no nos parece correcto [el anuncio de EE.UU.], pero es una posición política de ellos”, expresó García a medios de comunicación en Tegucigalpa.
La reacción del funcionario hondureño se produce luego de que Marco Rubio calificara las brigadas médicas cubanas como un mecanismo de “trabajo forzado” promovido por un régimen corrupto, y acusara a los países receptores de ser cómplices de la supuesta explotación de personal sanitario.
Soberanía bajo presión
Más allá de la retórica sobre derechos humanos, la decisión de Washington evidencia una política de intervención que busca imponer líneas diplomáticas a naciones soberanas, presionándolas por mantener vínculos con gobiernos que no responden a los intereses geopolíticos estadounidenses.
“Estas sanciones son una forma encubierta de castigo político. Se disfrazan bajo el lenguaje de los derechos humanos, pero apuntan a debilitar alianzas que no se alinean con los intereses de EE.UU. en la región”, apuntó una fuente diplomática cercana al caso.
Aunque García confirmó que hay funcionarios hondureños incluidos en la lista de sancionados, sostuvo que será decisión de los propios afectados si hacen pública o no su inclusión en el listado. “El anuncio oficial se hará en los próximos días”, agregó.
Una relación cuestionada, pero útil
Las brigadas médicas cubanas, aunque no exentas de críticas internacionales, han sido reconocidas por su papel en brindar atención primaria en comunidades rurales y vulnerables de América Latina, donde los sistemas de salud locales carecen de cobertura.
En el caso de Honduras, estas brigadas han estado presentes en zonas postergadas, en ocasiones sin reemplazo efectivo por parte del sistema sanitario nacional. Sin embargo, su colaboración ha sido objeto de ataques por parte de sectores que ven en ella una amenaza ideológica.
¿Intervención diplomática disfrazada?
La medida de EE.UU. revive una política que recuerda los tiempos más tensos de la Guerra Fría, donde cualquier vínculo con Cuba era visto como un acto de rebeldía ideológica. En un mundo multipolar y con necesidades sanitarias urgentes, muchos se preguntan si sancionar a países por recibir ayuda médica no es, en sí mismo, una forma de violencia diplomática.
Mientras tanto, la Cancillería hondureña reafirma su autonomía y lanza un mensaje que resuena más allá de las fronteras: la soberanía no debe estar condicionada a la aprobación de una potencia.