- El candidato del Partido Nacional acusa al oficialismo de debilitar la institucionalidad electoral al intervenir de forma unilateral en las decisiones del CNE, y advierte que la democracia hondureña enfrenta riesgos si no se frena el uso político de los órganos electorales.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
En un contexto político cada vez más tenso de cara a las elecciones generales de 2025, el candidato presidencial del Partido Nacional, Nasry Asfura, lanzó duras críticas contra el partido oficialista Libre, al que acusó de atentar contra la autonomía del Consejo Nacional Electoral (CNE), tanto desde el interior del órgano como a través de presiones externas.
“Ahora los representantes de Libre emiten dictámenes contradictorios, en menos de una hora y de forma unilateral, cuando deberían actuar colegiadamente”, señaló Asfura, haciendo alusión a recientes decisiones del CNE que habrían sido adoptadas sin consenso pleno entre los tres consejeros electorales.
Las declaraciones, dadas a conocer este jueves, apuntan a una creciente preocupación por la politización del órgano electoral, cuya función debería regirse por criterios técnicos, imparciales y colegiados, como establece el artículo 283 de la Ley Electoral.
¿Una advertencia legítima o estrategia anticipada?
La denuncia de Asfura pone el foco en una práctica que analistas ya han comenzado a observar con preocupación: el uso de los entes electorales como extensiones partidarias.
Según el líder nacionalista, Libre estaría vulnerando la independencia del CNE para favorecer intereses políticos propios, en una jugada que erosiona la credibilidad del proceso electoral.
“Ningún asesor legal puede restringir las atribuciones que la ley otorga al pleno del CNE. Estamos ante un intento de captura institucional disfrazado de tecnicismo jurídico”, advirtió.
Si bien Libre ha defendido la legalidad de sus acciones y su compromiso con una institucionalidad fuerte, sectores opositores señalan una tendencia preocupante a actuar de forma vertical y sin consulta, deslegitimando el carácter colegiado del Consejo, y generando un ambiente de desconfianza previa al proceso electoral.
La paradoja del poder: del discurso anticorrupción a la concentración de control
Libre llegó al poder enarbolando la bandera de la refundación democrática y la independencia institucional.
Sin embargo, críticos sostienen que su comportamiento en el CNE refleja una contradicción profunda entre discurso y práctica.
Las denuncias de Asfura reavivan el debate sobre si el oficialismo está reproduciendo las mismas prácticas que antes combatía.
“No se puede defender la democracia quebrando las reglas básicas del juego”, expresó un analista consultado, quien pidió anonimato por razones de seguridad.
El futuro inmediato del proceso electoral dependerá de si el CNE puede actuar con autonomía real y transparencia, o si se consolida como un campo más de disputa partidaria sin reglas claras ni árbitros confiables.
Las acusaciones de Nasry Asfura abren un debate necesario sobre el respeto a la institucionalidad electoral en Honduras.
Si Libre —como partido en el poder— continúa tomando decisiones unilaterales dentro del CNE, corre el riesgo de socavar la legitimidad de las elecciones que tanto dice defender. La autonomía de los órganos electorales no es un lujo: es la base mínima de cualquier democracia creíble.