TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El presidente del Partido Nacional y aspirante presidencial, Nasry “Tito” Asfura, lanzó un fuerte y público reproche a su bancada legislativa luego de la escandalosa sesión del Congreso Nacional del martes 10 de junio.
Durante la sesión, la ratificación del acta relacionada con los préstamos del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) fue aprobada con un polémico empate 57-57, roto con el voto de calidad del presidente del Congreso, Luis Redondo.
El resultado fue posible, en gran parte, por la ausencia de al menos 14 diputados de la oposición, entre ellos 11 del Partido Nacional.
“Asfura explotó, pero tarde”, comentaron fuentes internas del partido, luego de que el líder nacionalista publicara un mensaje en sus redes sociales haciendo un “enérgico llamado de atención” a los legisladores de su propio partido.
“DEBEMOS estar presentes en cada momento para cumplir y defender la democracia”, escribió Asfura, visiblemente molesto, aunque su pronunciamiento fue calificado por algunos como reactivo y poco contundente.
Lo que debía ser una jornada clave para frenar lo que sectores opositores califican como una “maniobra legislativa ilegítima”, terminó siendo una muestra de debilidad y descoordinación dentro del principal partido de oposición.
Apenas 32 de los 43 diputados titulares del Partido Nacional estuvieron presentes. La ausencia de suplentes agravó aún más la situación.
El desorden fue tal que incluso se produjeron escenas dramáticas, como el desmayo de la diputada Tania Pinto en los sanitarios del Congreso. Según se informó, Pinto llegó tarde por razones de salud y no alcanzó a votar antes del cierre de la sesión. El incidente obligó a suspender el pleno y reprogramarlo, aunque para entonces el daño político ya estaba hecho.
Los reproches no tardaron en surgir desde dentro. El diputado Jorge Zelaya denunció la falta de seriedad de sus colegas, afirmando que algunos llegaron “ahogados” y otros esgrimieron excusas como enfermedades o el tráfico. “Hay algo de fondo… se salieron con la suya”, dijo sin rodeos.
Por su parte, Mario Pérez exigió al propio Asfura que pida explicaciones claras a los ausentes: “La línea era clara: todos teníamos que estar presentes”.
Entre los nombres que no se presentaron están Marco Midence, Walter Chávez, Gustavo González, Virgilio García, Pedro Chávez, Junior Burbara, Teresa Cálix, Milton Puerto, Elvia Urbina, Leda García y varios más.
En total, al menos 14 diputados y sus suplentes del Partido Nacional estuvieron ausentes, dejando en evidencia no solo falta de disciplina, sino una preocupante desconexión con el momento político que atraviesa el país.
La ratificación del acta del CAF, que permanecía abierta desde el 7 de mayo, era vista como un punto de inflexión para medir la capacidad de contención de la oposición ante decisiones impulsadas por el oficialismo. Pero lo que debía ser una demostración de unidad y fuerza terminó en vergüenza legislativa.
Este episodio expone una vez más el deterioro de la bancada nacionalista, que parece más desarticulada que nunca.
La pregunta que queda en el aire es si Tito Asfura realmente tiene el liderazgo y el control necesarios para proyectarse como una opción presidencial viable, cuando ni siquiera puede garantizar la presencia de sus propios diputados en el Congreso.
La crisis de representación dentro del Partido Nacional no es menor. En un país donde la ciudadanía desconfía cada vez más de los partidos políticos, estos episodios no solo profundizan el descrédito, sino que minan las posibilidades de articular una oposición real frente a un oficialismo que, pese a sus propias debilidades, avanza entre la fragmentación ajena.
