- Nelson Bueso recibe disparo en el hombro derecho; familiares exigen justicia mientras persiste un clima de violencia política en el país.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El candidato a la alcaldía de Azacualpa, Nelson Bueso, del Partido Liberal, fue víctima este martes de un atentado criminal en el departamento de Santa Bárbara, un hecho que vuelve a poner en evidencia la vulnerabilidad de los actores políticos en Honduras.
Bueso fue atacado a disparos minutos después de salir de su vivienda y fue trasladado de urgencia a un hospital en San Pedro Sula, donde su estado es reservado. El disparo impactó en su hombro derecho y actualmente se encuentra bajo intervención quirúrgica. El diputado suplente José Amaya confirmó que el candidato está estable y fuera de peligro.
Familiares hicieron un llamado urgente a las autoridades para que se investigue el ataque y se determinen responsabilidades, un reclamo que refleja la preocupación de los ciudadanos por la impunidad histórica en casos de violencia política en Honduras.
Violencia política persistente
Este ataque ocurre en un contexto donde la violencia política se ha convertido en una herramienta para limitar la participación ciudadana y controlar el poder político. Además de agresiones físicas, en el país se registran amenazas, difamación y hostigamiento en medios de comunicación y redes sociales, afectando particularmente a mujeres y opositores.
Aunque aún no se determina el móvil del atentado contra Bueso, expertos señalan que estos hechos no son aislados, sino parte de un patrón sistemático que pone en riesgo la democracia y socava el derecho de los ciudadanos a elegir libremente a sus autoridades.
Bueso había sido electo como candidato a la alcaldía del Partido Liberal, bajo el movimiento de Jorge Cálix, y su postulación ahora queda en el centro de un caso que evidencia la falta de garantías y protección para quienes participan en la contienda electoral en Honduras.
Este hecho sirve como un recordatorio de que mientras no existan medidas efectivas de seguridad y rendición de cuentas, la violencia seguirá siendo un obstáculo para la participación política y la consolidación democrática en el país.