• La consejera Cossette López exigió un informe urgente sobre los incidentes en el Infop, que ponen en entredicho la transparencia del proceso electoral.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Un nuevo conflicto interno sacude al Consejo Nacional Electoral (CNE) tras un incidente registrado este lunes 15 de septiembre en la bodega tecnológica ubicada en el Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop).
Según denuncias, un grupo de empleados intentó alterar el cronograma de trabajo y terminó dañando equipo asignado al proceso electoral.
El gerente de proyectos de configuración de equipos del CNE, Daniel Aparicio, explicó que varios empleados, presuntamente ligados al despacho del consejero Marlon Ochoa, intentaron cargar equipos no contemplados en la fase actual del proyecto, lo que derivó en un altercado.
“El altercado que se tuvo es que unos compañeros quisieron afectar el plan de trabajo y poner a cargar otro equipo que no estaba contemplado en la siguiente fase”, denunció Aparicio, señalando que las acciones responden a órdenes externas al cronograma oficial.
Cossette López exige informe detallado
La consejera propietaria Cossette López reaccionó de inmediato al incidente y, mediante el memorándum CNE-V-059-2025, ordenó la elaboración de un informe urgente sobre lo ocurrido, al calificar los hechos como “acercamientos violentos y censurables en el entorno del trabajo”.
El documento establece que el reporte debe incluir:
• Registro en video de los hechos ocurridos.
• Confirmación de las actividades en curso en la bodega tecnológica al momento del incidente.
• Identificación plena de los empleados involucrados, incluyendo a la persona responsable de dañar la impresora con número de inventario 4074446.
De acuerdo con López, el grupo fue encabezado por el ingeniero Gerardo Rodríguez, quien habría intentado desviar el cronograma de trabajo establecido por los codirectores de Sistemas y Estrategias Tecnológicas del CNE.
División interna y desconfianza ciudadana
Este altercado es solo una muestra más de las fracturas internas que enfrenta el CNE, donde cada consejero mantiene estructuras de empleados que en ocasiones actúan en conflicto con las directrices institucionales.
El episodio ocurre en un contexto altamente sensible: a menos de tres meses de las elecciones generales del 30 de noviembre, donde la confianza ciudadana en el órgano electoral es frágil tras los antecedentes de fraude y manipulación en procesos pasados.
Más allá del daño material, lo sucedido en el Infop deja al descubierto la falta de cohesión y control interno dentro del ente rector de los comicios.
En un país donde la legitimidad de las elecciones depende de la transparencia y seguridad en cada fase, los altercados y sabotajes internos envían una señal alarmante: la institucionalidad electoral parece tambalearse justo cuando más confianza debería generar.