El cambio climático está alterando el caudal estacional de los ríos en las latitudes más septentrionales de Europa, Rusia y América, lo que supone una amenaza para la seguridad hídrica y para los ecosistemas fluviales.
Así lo ha advertido una investigación dirigida por la Universidad de Leeds (Reino Unido) y la Universidad Meridional de Ciencia y Tecnología de China y publicada este jueves en la revista Science.
La estacionalidad de los caudales fluviales es esencial en el ciclo de las inundaciones y sequías. Si se altera, no solo se pone en riesgo la seguridad hídrica, también a la biodiversidad de agua dulce.
Se sabe que la actividad humana altera los caudales fluviales en todo el mundo, directamente a través de la construcción de embalses, e indirectamente a través de los efectos del cambio climático que están modificando la temperatura del aire, las precipitaciones, la humedad del suelo y el deshielo.
Más de dos tercios de los ríos del mundo han sido alterados por el hombre, pero a día de hoy apenas hay estudios que muestren sus efectos.
Para evaluar la situación real del caudal de los ríos, el equipo revisó datos históricos de vías fluviales de todo el mundo y descubrió que el 21 por ciento están sufriendo alteraciones importantes en la subida y bajada estacional del nivel del agua.
El equipo utilizó los datos de caudal medio mensual registrados por 10.120 estaciones de aforo (instalaciones que evalúan el caudal de agua que discurre por un río) de 1965 a 2014, datos que sirvieron para demostrar, por primera vez, que la reducción generalizada de la estacionalidad de los caudales fluviales está relacionada con el cambio climático.
«La investigación muestra que el aumento de la temperatura del aire está alterando de forma fundamental los patrones naturales del caudal de los ríos”, explica Hong Wang, investigador de Leeds y autor principal del estudio.
El estudio constató que en Europa, el 19 por ciento de las estaciones de aforo han experimentado un descenso significativo de la estacionalidad del caudal de los ríos, sobre todo en el norte del continente, en Rusia occidental y los Alpes.
En el norte de Norteamérica, el 40 por ciento de las 119 estaciones observadas mostraban una disminución significativa de la estacionalidad del caudal del río, resultados similares a los del sur de Siberia, donde el 32% de las estaciones mostraron una reducción significativa.
Además, las regiones de los Estados Unidos (los 48 estados más bajos de Norteamérica, incluido el Distrito de Columbia) mostraron tendencias predominantemente decrecientes de la estacionalidad del caudal fluvial en general, excepto en los ríos de las Montañas Rocosas y Florida.
Y en el centro de Norteamérica, la investigación mostró tendencias significativas a la disminución de la estacionalidad del caudal fluvial en el 18 por ciento de las estaciones.
Por el contrario, los investigadores observaron un aumento significativo de la estacionalidad del caudal fluvial en el 18 por ciento de las estaciones.
“Las subidas y bajadas del caudal de los ríos en las distintas estaciones proporcionan señales vitales para las especies que viven en el agua. Por ejemplo, muchos peces utilizan determinados aumentos del caudal como señal para ir a sus zonas de cría río arriba o hacia el mar. Sin esas señales, no podrán desovar”, explica Megan Klaar, miembro del centro de investigación water@leeds y coautora del estudio.
Además, el estudio advierte de que estos cambios no se producirán en el futuro sino que están teniendo lugar ya.
«Deberíamos estar muy preocupados por la aceleración del cambio climático y empezar a pensar en estrategias de mitigación y planes de adaptación para paliar el futuro debilitamiento del caudal estacional de los ríos, sobre todo en lugares como el oeste de Rusia, Escandinavia y Canadá”, concluye Joseph Holden, director de water@leeds.
Con información de EFE