El clan Montes Bobadilla es una organización de tráfico de drogas hondureña con sede en el pueblo de Francia, en el departamento de Colón, al norte de Honduras. Es una de las redes de narcotráfico más antiguas del país y ha sido un impulsor clave de la reciente expansión de los cultivos de coca para la producción de cocaína en el país.
El Clan Montes Bobadilla ha corrompido durante mucho tiempo a elementos del Estado hondureño y ayudó a financiar a la campaña ganadora del expresidente Juan Orlando Hernández en 2013. El líder del clan, Juan Carlos Montes Bobadilla, es uno de los criminales más buscados en Honduras y Estados Unidos, y el Departamento de Estado de Estados Unidos ofrece una recompensa de 5 millones de dólares por información que conduzca a su captura.
Historia
El Clan Montes Bobadilla fue fundado en la década de 1980 por Pedro García Montes, un ciudadano hondureño que transportaba cocaína por el país en nombre del Cartel de Cali de Colombia. Montes ascendió en las filas del cartel y, finalmente, se mudó a Colombia para convertirse en su contador principal.
Pedro reclutó a su primo, Alex Adán Montes Bobadilla, para supervisar la logística de las operaciones del grupo en Honduras, un papel que incluía la coordinación de las entregas de cocaína en lanchas rápidas y el lavado de dinero proveniente de la droga. El Cartel de Cali colapsó en 1995, pero el Clan Montes Bobadilla continuó moviendo sus propios cargamentos de droga y los de otros traficantes, cobrando una tarifa del 10% por los envíos que transitaban por su territorio.
Entre sus clientes se encontraban Los Valle y Los Cachiros, dos de las organizaciones de tráfico de drogas más grandes de Honduras. Juntos, los grupos coordinaron la importación y el transporte de cargamentos de varias toneladas de cocaína desde Colombia hasta los departamentos orientales de Colón y Gracias a Dios en Honduras, utilizando una variedad de métodos de tráfico, incluidos aviones, barcos y submarinos.
A medida que su poder creció, la familia Montes Bobadilla y sus socios criminales se infiltraron cada vez más en las fuerzas de seguridad y se involucraron en actos de violencia. En 2009, el clan ayudó a financiar el asesinato del principal funcionario policial y jefe antidrogas de Honduras, Julián Arístides González. Años después del asesinato, un video filtrado confirmó que los asesinos, que finalmente llevaron a cabo el homicidio, eran oficiales de la policía a sueldo de varios grupos criminales, y que la ejecución fue planeada dentro de la sede de la Policía Nacional de Honduras.
El Clan Montes Bobadilla también se acercó a la élite política de Honduras y canalizó al menos 300.000 dólares provenientes del tráfico de drogas a la campaña presidencial del expresidente Juan Orlando Hernández. En ese momento, una líder central del clan, Herlinda Ramos Bobadilla, se jactó de la contribución del grupo en una fiesta celebrada para el hermano del entonces presidente de Honduras, Porfirio Lobo. A las festividades asistieron representantes de otras grandes organizaciones de tráfico de drogas de Honduras.
La suerte del Clan Montes Bobadilla se transformó radicalmente con la caída inesperada de sus antiguos socios comerciales, Los Valle y Los Cachiros. Si bien estos grupos criminales ayudaron a impulsar a Hernández al poder, su relación con él rápidamente se agrió, luego de que Hernández extraditara a los narcotraficantes vinculados a la red de Los Valle a Estados Unidos.
En respuesta a las extradiciones, los miembros de Los Valle planearon asesinar a Hernández. El complot fue finalmente frustrado por las fuerzas de seguridad hondureñas, y Hernández redobló sus esfuerzos para extraditar a Los Valle.
A medida que los fiscales estadounidenses reunían más información sobre los miembros extraditados de los grupos criminales hondureños, los líderes de Los Cachiros también se sintieron presionados a entregarse a las autoridades estadounidenses. Uno de ellos, Devis Rivera, filmó videos que mostraban cómo los traficantes sobornaban a políticos hondureños de alto nivel, aparentemente en un intento de recolectar evidencia antes de su detención que potencialmente podría reducir su sentencia.
El resto del negocio, abandonado por estos dos grupos, cayó en manos del Clan Montes Bobadilla, que silenciosamente se catapultó hasta convertirse en una organización multimillonaria, según una fuente de la Fiscalía General de Honduras.
La caída de sus antiguos socios también pareció enseñarle al grupo la importancia de mantener un bajo perfil a pesar de sus nuevas riquezas. Y aunque las fuerzas de seguridad hondureñas han atacado ocasionalmente las propiedades del clan, no han logrado enfrentar significativamente el poder del grupo.
Sin embargo, el bajo perfil de la organización se vino abajo el 2 de mayo de 2022, cuando el Departamento de Estado de Estados Unidos ofreció 15 millones de dólares por información que condujera a la captura de tres personas identificadas como líderes del clan: los hermanos Juan Carlos Montes Bobadilla y Tito Montes Bobadilla, y su madre, Herlinda Bobadilla. En cuestión de semanas, las fuerzas de seguridad hondureñas llevaron a cabo una violenta redada en Colón que condujo a la detención de Herlinda y a la muerte de su hijo, Tito.
Sólo Juan logró escapar. Sigue siendo el último fugitivo con el apellido Montes Bobadilla.
Liderazgo
Juan Carlos Montes Bobadilla, alias “Mono”, es el líder actual del Clan Montes Bobadilla y uno de los criminales más buscados de Honduras. Tomó el control de facto del grupo en 2022 después de escapar de una operación antidrogas que condujo a la muerte de su hermano y al arresto de su madre y de la exlíder del grupo, Herlinda Ramos Bobadilla.
El Clan Montes Bobadilla es un clan familiar arquetípico, un tipo de grupo criminal que ha suplantado cada vez más el papel de los grandes carteles en el panorama del narcotráfico en Honduras, según expertos consultados por InSight Crime. Sin un control centralizado, estos clanes trabajan juntos para formar redes que son más resistentes a las operaciones de las fuerzas de seguridad.
Los miembros de las familias Montes y Montes Bobadilla han liderado el clan desde su origen en la década de 1980, aunque con frecuencia han reclutado a miembros de alto nivel externos a la familia para gestionar las operaciones logísticas del grupo.
Geografía
El Clan Montes Bobadilla tiene su base en Francia, un pueblo en Colón, y controla grandes franjas de la costa caribeña de Honduras. La región es un centro de transbordo de cocaína, donde los traficantes con frecuencia abren pistas ocultas en la selva circundante, hacen aterrizajes forzosos de aviones en carreteras rurales o embarcan lanchas rápidas cargadas de droga en las costas cercanas.
Francia también se encuentra a lo largo de la única carretera que conecta el país con el departamento más al oriente de Honduras, Gracias a Dios, un nodo clave en las rutas aéreas y marítimas de cocaína, lo que le da al grupo más poder estratégico sobre los envíos de droga de grupos rivales.
El Clan Montes Bobadilla ha dominado durante mucho tiempo una variedad de métodos de tráfico, incluido el uso de aeronaves, vehículos terrestres, barcos y narcosubmarinos, según una acusación estadounidense en su contra. En 2024, las fuerzas militares de Honduras incluso descubrieron dos nuevos canales artificiales supuestamente utilizados por el grupo para recibir y almacenar cargamentos de droga.
Colón es el epicentro de la naciente industria de coca en Honduras. En los últimos años, las fuerzas de seguridad han vinculado al Clan Montes Bobadilla con al menos dos plantaciones de coca con laboratorios clandestinos. La producción de pasta de coca en Honduras permite al grupo diversificar sus ingresos y reducir costos, dijeron expertos a InSight Crime.
La región también registra desde hace mucho tiempo las tasas de homicidios más altas de Honduras y es un epicentro de conflictos por la tierra, además del tráfico y la producción de drogas.
Aliados y enemigos
El Clan Montes Bobadilla ha sabido aprovechar su dominio territorial de regiones remotas en el este de Honduras para convertirse en parte de la logística del tráfico de drogas de grupos que de otro modo habrían sido sus rivales, como Los Valle y Los Cachiros.
El Clan Montes Bobadilla no tiene enemigos conocidos.
Perspectivas
Las alianzas flexibles cultivadas por el Clan Montes Bobadilla, combinadas con su dominio estratégico de una ruta clave para el tráfico de drogas a nivel regional, han permitido que el grupo prospere mientras otros han fracasado. Si bien algunos miembros clave de la familia Montes Bobadilla han sido detenidos, el grupo ha seguido operando y diversificando sus actividades, lo que demuestra su continua fortaleza.
Fuente: InSight Crime