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viernes, noviembre 21, 2025
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CNA desmonta rumores: “Sólo en las mentes malvadas puede estar la destitución de Gabriela Castellanos”

  • El organismo anticorrupción denuncia campañas de desinformación mientras el Gobierno reaparece —después de 10 años ausente— con dos delegados que se apresuran a negar vínculos oficialistas.

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) desmintió con contundencia las versiones sobre una supuesta destitución de su directora, Gabriela Castellanos, rumores que circularon justo cuando el organismo ha intensificado sus informes críticos contra la administración de Xiomara Castro.

«Sólo en las mentes malvadas puede estar la destitución de Gabriela Castellanos», afirmó Nelson Licona, coordinador del Comité Ejecutivo, dejando entrever que la campaña mediática responde a intereses oscuros que buscan debilitar a la institución en plena coyuntura política.

Licona subrayó que el tema “ni siquiera se trató en agenda” y que ningún miembro del organismo planteó la remoción.

Recordó que la asamblea se limitó a informes rutinarios, pero aun así fue utilizada para esparcir versiones que, según señaló, provienen de “cabezas calientes” decididas a sembrar incertidumbre sobre la continuidad de Castellanos, una voz incómoda para el oficialismo.

El regreso inesperado del Gobierno al CNA

En medio del ruido, la jornada dejó un hecho clave: tras una década de ausencia, el Gobierno decidió volver al CNA, enviando a dos delegados oficiales: el periodista Héctor Espinal y la abogada Reina Rivera Joya.

Durante 10 años, el Ejecutivo se mantuvo al margen del organismo anticorrupción; hoy, cuando el CNA enfrenta ataques y campañas de descrédito, aparece de repente con representación.

Carlos Hernández, director de la ASJ, confirmó que la ley lo permite, pero el momento político no pasa desapercibido.

El ingreso de delegados ocurre justo cuando el CNA ha señalado presupuestos irregulares, abusos de poder y decisiones cuestionadas dentro del aparato estatal.

Delegados del Gobierno… pero no del gobierno

Conscientes del ambiente, los dos designados se apresuraron a marcar distancia del Ejecutivo para evitar suspicacias sobre intenciones de control o vigilancia interna.

Héctor Espinal aseguró que tendrá «voz y voto independiente» y que su nombramiento es «ad honorem».

Por su parte, Reina Rivera Joya fue aún más enfática: «No soy un enlace del gobierno… Represento a mi conciencia y a la sociedad civil hondureña».

El mensaje, aunque claro, refleja un subtexto evidente: ni ellos mismos quieren ser percibidos como piezas del Ejecutivo dentro de un organismo que fiscaliza los abusos de poder.

Una institución bajo acoso político

El CNA ha sido uno de los últimos bastiones de crítica institucional en Honduras, especialmente desde que el Ministerio Público quedó bajo cuestionamientos y el Tribunal Superior de Cuentas mantiene un bajo perfil.

Castellanos, en particular, ha denunciado públicamente actos de corrupción, nepotismo, asignación irregular de fondos y una cultura de opacidad que, según el organismo, se ha profundizado en el actual gobierno.

Por ello, los rumores sobre su destitución no fueron vistos como un simple malentendido, sino como parte de un ambiente hostil que intenta debilitar su liderazgo.

Asamblea se congela hasta después de las elecciones

El CNA anunció que no volverá a reunirse hasta después del proceso electoral, una decisión estratégica en un país donde los ataques contra instituciones fiscalizadoras se intensifican en época de campañas.

Mientras el Gobierno intenta recomponer su posición dentro del organismo y los rumores buscan sembrar inestabilidad, el mensaje de la asamblea fue firme: Castellanos se queda, el CNA cierra filas y no permitirá maniobras que busquen frenarlo en su labor anticorrupción.

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