- Aunque el fideicomiso fue liquidado en 2022, los fondos siguen manejándose con secretismo bajo el control del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) denunció que la Tasa de Seguridad Poblacional, uno de los mecanismos de financiamiento más polémicos creados bajo el argumento de combatir la violencia en Honduras, se ha transformado en una “caja negra” de dinero público sin control ni rendición de cuentas.
De acuerdo con el organismo, entre 2022 y 2025 este tributo generó más de L. 16,133 millones, de los cuales el 96 % proviene de la contribución sobre transacciones financieras que afecta de manera directa a la ciudadanía.
Pese a estas millonarias recaudaciones, no existe información pública sobre cómo ni en qué se han utilizado los recursos.
“La Tasa de Seguridad Poblacional se suma a la lista de mecanismos estatales que, bajo la justificación de atender necesidades urgentes, terminaron convertidos en cajas negras de dinero público: recursos abundantes, poca transparencia y ninguna rendición de cuentas”, advirtió el CNA.
Una herencia que sigue viva
Aunque en 2022 se ordenó la liquidación del fideicomiso que administraba estos fondos, el proceso aún no concluye.
El dinero debería ser trasladado a la Cuenta Única del Tesoro (CUT) para luego distribuirse a las instituciones correspondientes, pero en la práctica los recursos continúan bajo la ejecución del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (CNDS), un ente señalado históricamente por manejar el dinero con discrecionalidad.
La Secretaría de Finanzas confirmó que, hasta diciembre de 2024, solo L. 768.97 millones habían sido transferidos a la CUT, mientras que las deudas con proveedores y bancos ascendían a más de L. 2,100 millones, lo que refleja un desorden financiero que agrava la incertidumbre.
Más ingresos, más opacidad
La recaudación de la Tasa de Seguridad no solo se ha mantenido, sino que ha crecido con fuerza. Entre 2018 y 2021 ingresaron L. 11,066 millones, y en el periodo 2022-2025 ya se contabilizan L. 16,133 millones.
Es decir, bajo la administración actual el flujo de ingresos ha sido mayor, pero la transparencia sigue ausente.
Un mecanismo intocable
La crítica del CNA vuelve a colocar bajo el foco un tema que distintos gobiernos han evitado tocar de fondo: la falta de rendición de cuentas en torno a un fideicomiso que se ha manejado como un ente paralelo al Estado, sin controles claros y con fuerte blindaje político.
En un país golpeado por la corrupción, la inseguridad y la falta de recursos en áreas básicas como salud y educación, el secretismo en el manejo de más de 16 mil millones de lempiras representa un duro golpe a la confianza ciudadana.
El CNA insiste en que el proceso de liquidación del fideicomiso no puede seguir siendo una excusa para mantener en la sombra la administración de un tributo que ha significado un enorme sacrificio económico para los hondureños.