- El coordinador general de Libre y expresidente Manuel Zelaya Rosales anunció jornadas de protesta los días 26, 27 y 28 de junio. La consigna “Fraudes nunca más” busca movilizar a las bases populares contra posibles amenazas al proceso democrático, en un contexto marcado por la memoria del Golpe de 2009 y la estrategia política del oficialismo.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
A 16 años del golpe de Estado que en 2009 derrocó al entonces presidente Manuel Zelaya, el Partido Libertad y Refundación (Libre) ha convocado tres días de movilizaciones masivas a nivel nacional.
La jornada, encabezada por el propio Zelaya —hoy coordinador general del partido y principal estratega político del oficialismo— se desarrollará bajo el lema “Fraudes nunca más”, con un claro mensaje de advertencia ante lo que denuncian como amenazas a la democracia hondureña.
Las movilizaciones están previstas para los días 26, 27 y 28 de junio, y contarán con la participación de movimientos sociales, colectivos de base, juventudes, sindicatos, campesinos y sectores feministas, según anunció Libre en un comunicado público.
La dirigencia política afirma que esta acción busca defender el proceso de “Refundación” iniciado por la presidenta Xiomara Castro, al tiempo que sirve como conmemoración del golpe militar que marcó un antes y un después en la historia política reciente del país.
“La historia nos convoca. La memoria no se entierra y la dignidad se defiende en las calles”, afirma el llamado oficial, que también destaca la figura de la precandidata presidencial Rixi Moncada, posicionada como símbolo de continuidad del proyecto refundacional.
Una memoria activa… pero politizada
El golpe de 2009 no solo interrumpió un mandato presidencial, sino que también activó una profunda grieta política y social que, más de una década después, sigue definiendo el mapa del poder en Honduras.
Desde entonces, el partido Libre ha construido su identidad desde la narrativa de la resistencia, haciendo del 28 de junio una fecha clave para disputar el relato nacional.
No obstante, sectores críticos —incluso dentro del progresismo— señalan que la memoria del golpe se ha convertido también en una herramienta política que el oficialismo utiliza para movilizar emociones y fidelizar apoyo electoral, especialmente en momentos de desgaste institucional o de cara a futuros procesos electorales.
¿Prevención o estrategia anticipada?
Aunque no hay pruebas de un fraude electoral en curso, el uso de la consigna “Fraudes nunca más” sugiere una estrategia de anticipación que busca encuadrar la próxima contienda electoral en términos de legitimidad o ilegitimidad, según los resultados favorezcan o no al oficialismo. La figura de Rixi Moncada, actual precandidata y exministra del Consejo Nacional Electoral, es parte fundamental de esta narrativa de continuidad, presentada como “defensora de la patria” e “hija del pueblo”.
Esta estrategia ha despertado críticas de sectores opositores, quienes acusan al partido de gobernar con un discurso anclado en el pasado sin traducirlo en transformaciones estructurales.
Señalan además que el uso constante de la calle como espacio de presión política pone en riesgo la institucionalidad democrática que el propio gobierno afirma defender.
A 16 años del golpe, Honduras sigue atrapada en una disputa entre memoria, poder y futuro.
Las movilizaciones convocadas por Libre buscan enviar un mensaje de fuerza y organización popular. Pero también plantean una pregunta inevitable: ¿la Refundación sigue siendo un horizonte transformador o se ha convertido en un recurso discursivo para sostener una nueva hegemonía?