• Entre avances y fuertes tensiones políticas, López deja un legado de transparencia y polémicas en la institución que ahora se prepara para las votaciones del 30 de noviembre.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La abogada Cossette López Osorio cerró este miércoles su gestión como presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), tras un año marcado por decisiones trascendentales, tensiones internas y ataques externos.
La conducción del máximo ente electoral pasa ahora a manos de Ana Paola Hall, quien asumirá el cargo el jueves 11 de septiembre, en un momento clave para los preparativos de las elecciones generales del próximo 30 de noviembre de 2025.
En conferencia de prensa, López hizo un balance de su mandato, resaltando avances como la depuración del censo nacional electoral, la puesta en marcha del sistema de transmisión de resultados preliminares (TREP), la incorporación de biometría en el proceso electoral y la capacitación de miles de ciudadanos.
“Fue un año lleno de desafíos y aprendizajes, pero siempre prevaleció la luz de la transparencia y la firmeza en la defensa de la democracia”, expresó la consejera saliente, quien agradeció a su equipo técnico, administrativo y de campo.
Logros y episodios críticos
Durante su gestión, López destacó la tramitación de más de 300 reclamos electorales, la atención ciudadana mediante un call center y el acompañamiento de misiones internacionales de la OEA y la Unión Europea.
Uno de los momentos más tensos se vivió en marzo pasado, durante las elecciones primarias, cuando denunció intentos por detener la llegada de urnas a los centros de votación.
“Un equipo liderado por mujeres recuperó cada urna con valentía, demostrando que el compromiso con la democracia está por encima del miedo”, relató.
No obstante, también enfrentó crisis internas, como el prolongado bloqueo del TREP en junio y julio, que generó fuertes roces con sus compañeros consejeros, Marlon Ochoa y Ana Paola Hall.
La confrontación obligó a la intervención del Ministerio Público, que incluso secuestró documentación del CNE en medio de acusaciones de conspiración contra el proceso electoral.
Finalmente, en agosto, el pleno alcanzó un acuerdo unánime para eliminar la verificación humana en las actas con inconsistencias, destrabando la crisis.
Camino hacia las elecciones generales
Antes de dejar el cargo, López aseguró que deja encaminados reglamentos clave sobre control de campaña y propaganda electoral, encuestas, voto en el exterior y observación internacional.
Asimismo, confirmó contratos con el PNUD, la adquisición de equipos de conectividad satelital y la impresión de documentos y papeletas.
También anunció medidas adicionales de seguridad, como el uso de cintas de seguridad en maletas electorales y nuevos protocolos en actas de cierre.
“El compromiso con Honduras apenas comienza”, aseguró, prometiendo seguir trabajando como consejera y ciudadana en defensa de la democracia.
Entre respaldo y cuestionamientos
Aunque recibió respaldo de sectores de sociedad civil y partidos de oposición, López también fue objeto de presiones y críticas, especialmente desde el Partido Libertad y Refundación (Libre), que cuestionó sus decisiones y organizó protestas por el manejo del TREP.
Pese a ello, logró encaminar la selección de la empresa que operará el sistema de transmisión de resultados, uno de los puntos más sensibles del proceso electoral.
El relevo
Con la salida de López, el CNE entra en una nueva etapa bajo la conducción de Ana Paola Hall, quien tendrá la responsabilidad de dirigir los comicios más grandes de la historia reciente de Honduras, en los que más de 6 millones de ciudadanos acudirán a las urnas.
La gestión de López deja una huella de luces y sombras: avances en modernización electoral, pero también una fuerte exposición a las tensiones políticas que rodean al órgano electoral.
“La democracia no pertenece a una institución ni a un partido, la democracia pertenece al pueblo”, concluyó López en su despedida.