23 C
Tegucigalpa
martes, julio 15, 2025
spot_img
spot_img

Creyó que su hija estaba muerta y le disparó al presunto sicario: padre hondureño podría enfrentar hasta 20 años de cárcel

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

Un acto impulsivo, desesperado y cargado de dolor podría costarle la libertad a un padre hondureño. La mañana de este martes 24 de junio, un hombre identificado solo por su apellido, Montenegro, fue detenido en Choluteca tras disparar en al menos tres ocasiones a un supuesto sicario, creyendo que este había asesinado a su hija.

Los hechos ocurrieron en la salida al municipio de Santa Ana de Yusguare, donde minutos antes se había registrado un ataque armado contra Fabiola (23) y Darlenis Montenegro Tercero (29), hijas del detenido, quienes se conducían en un vehículo junto al joven Edwin David Osorio (35).

Los atacantes, a bordo de una motocicleta, interceptaron el carro y abrieron fuego. Cuando Montenegro llegó al lugar y vio a una de sus hijas herida —aparentemente sin signos vitales—, reaccionó de inmediato y disparó contra uno de los supuestos sicarios, quien ya estaba bajo custodia policial.

El hecho ocurrió frente a varios agentes de la Policía Nacional, quienes inmediatamente detuvieron al padre y lo trasladaron al edificio judicial de la ciudad de Choluteca, conocida como La Sultana del Sur.

Estado de salud de los heridos

El presunto sicario —cuya identidad no ha sido revelada— fue trasladado en estado crítico al Hospital General del Sur. De acuerdo con el portavoz del centro asistencial, Nehemías Córdoba, tanto la hija como el hombre herido fueron ingresados al área de quirófano.

“Hay dos personas, una de sexo masculino y otra femenina, en quirófano. El hombre, quien recibió tres disparos en la cabeza, está en estado crítico”, informó Córdoba.

¿Qué consecuencias legales enfrentará el padre?

Consultado sobre las implicaciones legales del caso, un abogado penalista explicó que Montenegro no puede alegar legítima defensa, ya que el ataque contra el presunto sicario no ocurrió en el momento inmediato del peligro, sino después de finalizado el acto violento.

“Se considera venganza, no defensa”, apuntó el experto.

“Si el ataque hubiera sido en el instante del tiroteo, habría base para invocar la legítima defensa familiar, lo cual eximiría de responsabilidad penal”, añadió.

De acuerdo con el Artículo 192 del Código Penal hondureño, Montenegro podría enfrentar:

• De 15 a 20 años de prisión si el sicario muere.

• De 10 a 15 años si sobrevive, al tratarse de un homicidio en grado de tentativa (con derecho a rebaja de un tercio de la pena).

Un caso que abre debate

El caso ha generado debate público sobre la fragilidad emocional de las víctimas indirectas de la violencia, el rol de las instituciones, y hasta dónde puede llegar una persona cuando siente que la justicia no actúa a tiempo.

El padre, preso de la desesperación, actuó como muchos en Honduras dicen que lo harían en una situación semejante. 

Sin embargo, ahora enfrenta la posibilidad de pasar años tras las rejas por un acto que —aunque motivado por el amor— es considerado por la ley como un delito.

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img