Carlos Cálix, director de MACRODATO, advierte que la presión sobre la consejera Ana Paola Hall responde a un “guion regional” para erosionar instituciones, como ocurrió en Nicaragua y Venezuela.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La posible renuncia de la consejera electoral Ana Paola Hall no sería un hecho aislado, sino parte de una “estrategia calculada” del partido Libertad y Refundación (Libre) para debilitar la institucionalidad democrática en Honduras, según advirtió el analista Carlos Cálix, director de la firma de estudios políticos MACRODATO.
En entrevista Cálix vinculó las recientes tensiones dentro del Consejo Nacional Electoral (CNE) con lo que denominó un “guion repetido” de la izquierda latinoamericana, que busca generar crisis institucionales para facilitar cambios de régimen.
“El caos actual no es casual: es una crisis diseñada. Cada escalada de incertidumbre —como el bloqueo de sesiones por Marlon Ochoa o la presión sobre Hall— hace que la ciudadanía normalice la idea de un colapso institucional”, señaló.
Aunque Cálix descarta que el país haya entrado en un escenario de “quiebre democrático total”, advirtió que las acciones del oficialismo —incluido su control parcial del CNE y la falta de consecuencias ante violaciones normativas— siguen “un manual regional” ya aplicado en países como Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
Juego político tras la renuncia
Para el experto, el hecho de que la posible salida de Hall se negocie políticamente y no con base en argumentos legales es otra señal de deterioro institucional.
“La ley aquí es elastizada según conveniencias. Si Libre logra su renuncia sin contrapesos, el CNE quedará aún más vulnerable a sus intereses”, afirmó.
También cuestionó que se responsabilice a Hall por los bloqueos internos del CNE, cuando el principal foco de parálisis ha sido, según él, la conducta del consejero Marlon Ochoa, representante de Libre.
“Es una cortina de humo: culpan a Hall para ocultar su propio sabotaje”, dijo Cálix, señalando el ausentismo de Ochoa como una táctica deliberada.
Riesgos y paralelos regionales
El analista trazó paralelismos con procesos políticos en otros países de la región, donde crisis electorales precedieron a concentraciones autoritarias de poder.
“La receta es socavar órganos autónomos, luego judicializar la política y finalmente reformar reglas a favor del oficialismo. Aquí ya vemos los primeros pasos”, alertó.
Como ejemplo, mencionó la inacción del Ministerio Público ante las ausencias y faltas de Ochoa, que en su opinión revela un sistema “cooptado” que no impone consecuencias.
Cálix cerró con un pronóstico sombrío: si no se alcanza pronto un acuerdo político que respete las reglas institucionales, el país podría enfrentar un “aguacero institucional” con repercusiones graves en sectores clave como la salud, educación y seguridad.
“El caos beneficia a quienes prefieren un Honduras ingobernable. La ciudadanía debe exigir transparencia ahora, no cuando sea tarde”, concluyó.