- El diputado de Libre presume logros diplomáticos en Pekín, mientras el Congreso permanece sin avances en temas urgentes y la ciudadanía resiente la falta de soluciones reales.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El diputado Rasel Tomé, jefe de la delegación de parlamentarios hondureños en la República Popular China, aprovechó su visita oficial a Pekín para pronunciar el discurso inaugural en el Centro de Estudios de Pensamiento Económico de Xi Jinping, en un acto organizado junto al Ministerio de Comercio chino.
“Esta relación ha generado beneficios mutuos a los pueblos de Honduras y China, y debe continuar profundizándose sobre la base de la amistad, la solidaridad, el respeto mutuo y la ganancia compartida”, afirmó Tomé en su intervención.
El congresista subrayó que la visita no responde a un hecho aislado, sino a “la consecuencia lógica de una decisión histórica” tomada por el gobierno de Libertad y Refundación (Libre) bajo el liderazgo de la presidenta Xiomara Castro, cuando Honduras estableció relaciones diplomáticas con China el 26 de marzo de 2023.
“Honduras ha iniciado una nueva era, una era donde la política exterior dejó de ser un eco de voluntades ajenas para convertirse en la voz genuina de nuestro pueblo”, agregó.
La delegación hondureña viajó a Beijing el pasado 8 de septiembre para participar en un seminario ministerial orientado a fortalecer la cooperación bilateral y estrechar lazos diplomáticos.
Según Tomé, se trata de la primera visita oficial de este tipo desde que se formalizó la relación con China.
El costo interno de la gira
Mientras Tomé y otros parlamentarios ocupaban espacios de protagonismo en China, en Honduras el Congreso Nacional sigue paralizado, sin avances en debates clave como las reformas electorales, la crisis sanitaria y la inseguridad.
La presencia de diputados de oposición en la delegación también ha levantado críticas, al interpretarse como un viaje de privilegios más que como una misión de beneficio directo para el país.
El discurso triunfalista de Rasel Tomé en Pekín contrasta con una realidad hondureña marcada por hospitales desabastecidos, leyes sin discutir y una ciudadanía agobiada por el desempleo y la inseguridad.
Hablar de “decisión histórica” suena vacío cuando el Congreso permanece inmóvil y los problemas internos se acumulan.
Esta gira parlamentaria revela la desconexión entre la diplomacia y las necesidades reales del país.
Mientras los diputados se exhiben en Pekín vendiendo logros internacionales, los hondureños enfrentan a diario un Congreso inoperante y servicios públicos colapsados.
Más que celebrar decisiones históricas en el extranjero, el gobierno debería demostrar que puede transformar esa historia en soluciones tangibles dentro de Honduras. La verdadera política exterior comienza cuando el país funciona para su gente.