TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Lo que hoy es escándalo público por el uso clientelar de recursos de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), ya había sido advertido hace meses por líderes del propio Partido Libertad y Refundación (Libre). Tras las elecciones primarias del pasado 9 de marzo, varios dirigentes alzaron la voz contra lo que consideraron una estrategia orquestada desde el Estado para favorecer al movimiento M-28.
El 17 de marzo, el histórico dirigente del Frente de Resistencia Popular (FRP), Juan Barahona, denunció abiertamente que SEDESOL operó como un brazo logístico para la corriente oficialista.
“Nos habíamos preparado para ganar limpiamente en las urnas (…), pero circularon toneladas de provisiones, de canastas, desde instituciones del Estado, y la que más aportó fue SEDESOL”, expresó con contundencia.
“Compra de conciencias con pobreza”
Barahona no se limitó a señalar irregularidades técnicas, sino que acusó directamente al ministro José Carlos Cardona de usar la pobreza de la base de Libre como instrumento político. “Hubo compra de conciencias aprovechándose de la necesidad del pueblo”, dijo, advirtiendo que la institucionalidad social fue utilizada como plataforma electoral encubierta.
La diputada Silvia Ayala se sumó a las denuncias, señalando que las irregularidades dejaron por fuera a valiosos compañeros “violando los principios democráticos” del partido. Según Ayala, la corriente M-28 participó con una ventaja abismal gracias a la logística y recursos del aparato estatal.
“Con la plata de SEDESOL hasta un caballo sale electo”
Uno de los señalamientos más duros vino de la excandidata y dirigente Olivia Zúniga, quien sin tapujos comparó la manipulación de recursos con el clientelismo tradicional del viejo bipartidismo. “Con la plata de SEDESOL cualquiera sale electo en un pueblo con baja cultura política, acostumbrado a regalías. Si hubieran postulado un caballo, también habría ganado”, escribió en sus redes sociales.
Zúniga denunció que no hubo liderazgo genuino, sino poder económico concentrado en una corriente interna que usó las ayudas sociales como herramientas de campaña. En sus palabras, Libre está reproduciendo los mismos vicios que alguna vez juró combatir.
Un patrón que hoy cobra factura
Las declaraciones de estos dirigentes adquieren nueva relevancia tras la reciente filtración de un audio entre el ministro Cardona y la diputada Isis Cuéllar, en la que admiten la entrega de equipos valorados en millones de lempiras a coordinaciones locales de Libre. Lo que antes eran denuncias internas hoy queda grabado como prueba audible de un sistema clientelar disfrazado de desarrollo social.
El escándalo no solo afecta la credibilidad de SEDESOL, sino que profundiza las divisiones dentro del propio partido de gobierno. Libre, que nació de la indignación popular tras el golpe de 2009, enfrenta ahora el desafío de explicar por qué desde el poder ha caído en prácticas que durante años denunció desde la oposición.