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jueves, julio 3, 2025
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Desde la clandestinidad, Romeo Vásquez enfrenta a Roosevelt Hernández: “La historia no se borra con discursos, ni con insultos, ni con poder prestado”

  • El exjefe del Estado Mayor y protagonista del 2009 lanza una carta abierta criticando la politización de las Fuerzas Armadas y los ataques del actual jefe militar a sus compañeros de armas.

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

Una nueva sacudida golpea a las Fuerzas Armadas de Honduras. Esta vez, desde la clandestinidad, el general en condición de retiro Romeo Vásquez Velásquez —protagonista clave en la crisis de 2009— publicó una carta abierta dirigida al actual jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández, en la que defiende la actuación militar de aquel año, lanza críticas directas y advierte sobre la peligrosa politización de la institución castrense.

La carta, titulada “Mensaje al General Roosevelt Hernández”, inicia con una provocadora pregunta: “¿A qué estamos jugando?”. Desde la primera línea, Vásquez Velásquez deja claro que no está dispuesto a permitir que se tergiverse el papel de las Fuerzas Armadas en la historia reciente del país.

“Nosotros defendimos la democracia”

En su misiva, el exjefe del Estado Mayor asegura que en 2009 los militares actuaron por mandato de la Corte Suprema de Justicia y no por ambiciones políticas.

Rechaza las insinuaciones de Hernández, quien recientemente cuestionó a militares en retiro por sus posturas críticas contra la conducción actual de la institución.

“En 2009 no hubo ambición. Hubo deber. Hubo una orden. Y la cumplimos. No por miedo, sino por convicción”, escribe Vásquez, asegurando que el movimiento político de ALBA “no venía a apoyar la democracia, venía a enterrarla”.

A través de un lenguaje directo y cargado de simbolismo, el militar retirado recuerda su juramento, su uniforme y su deber como guía de sus acciones.

En contraste, reprocha que Hernández ahora, desde el poder, utilice su posición para atacar a sus antiguos compañeros de armas, dejándose influenciar —según él— por intereses políticos ajenos al uniforme.

“La historia no se borra con discursos ni con poder prestado”

La carta es también un reclamo moral. Vásquez reprocha que Hernández, quien fue su compañero en la institución, haya decidido ahora sumarse a la narrativa oficialista, desacreditando el actuar de quienes —como él— tomaron decisiones en contextos difíciles.

“No pierda la fraternidad por aplausos pasajeros ni por lealtades ajenas al uniforme”, le advierte, sugiriendo que el jefe del Estado Mayor estaría respondiendo a presiones políticas más que a criterios institucionales.

Un llamado a defender la unidad y la institucionalidad

Más allá de la defensa personal, Vásquez hace un llamado a preservar la unidad dentro del estamento militar, que, según él, corre el riesgo de fracturarse por divisiones ideológicas y la subordinación a un proyecto político.

La carta concluye con una cita bíblica: “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, y una sentencia contundente:

“¡La patria no olvida a los que la defienden con dignidad!”

El trasfondo: una Fuerza Armada dividida y cada vez más politizada

Este nuevo episodio se suma a las crecientes denuncias sobre la subordinación política de las Fuerzas Armadas bajo la administración de LIBRE, algo que ha despertado preocupación en diversos sectores, incluyendo organizaciones de derechos humanos, analistas y exoficiales.

La afirmación del general Roosevelt Hernández, quien recientemente dijo que “las Fuerzas Armadas son un instrumento del poder político”, ha encendido las alarmas, pues contradice el artículo 272 de la Constitución, que establece el carácter apolítico y profesional de la institución.

Con esta carta, Romeo Vásquez no solo se defiende, sino que pone en evidencia las fisuras internas de un estamento que debería estar al margen de la política, pero que hoy parece estar más dividido y vulnerado que nunca.

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