TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El ambiente preelectoral en Honduras se calienta con declaraciones cargadas de tensión política.
En respuesta a los señalamientos de la candidata presidencial de Libertad y Refundación (LIBRE), Rixi Moncada —quien advirtió sobre la preparación de un posible fraude electoral por parte del bipartidismo—, el jefe de bancada del Partido Nacional, Tomás Zambrano, restó validez a dichas afirmaciones y las calificó como un acto de “desesperación”.
“Lo que demuestra LIBRE es desesperación, lo que están demostrando es que saben que no tienen oportunidad alguna de ganar la próxima elección”, afirmó Zambrano, quien fue más allá al asegurar que el rechazo hacia LIBRE es palpable “en las primarias, en las calles, en cada municipio, barrio y colonia del país”.
Zambrano también acusó al gobierno de LIBRE de haber “boicoteado los procesos desde antes de las internas”, y aseguró que el oficialismo busca provocar una crisis institucional para mantenerse en el poder por la fuerza.
“Hoy que están desesperados, conocen que no van a ganar la elección del 30 de noviembre, y empiezan esta campaña”, afirmó el congresista.
Paradójicamente, mientras el Partido Nacional afirma respaldar las decisiones del Consejo Nacional Electoral (CNE), persisten los cuestionamientos sobre su papel en comicios anteriores, especialmente durante la reelección de Juan Orlando Hernández, ampliamente criticada por organismos internacionales y sectores de la sociedad civil.
Zambrano cerró su intervención con una advertencia cargada de suspicacia: “LIBRE se está adelantando al 30 porque ellos se van a querer declarar ganadores a las 7 de la noche”.
Analistas señalan que este tipo de respuestas, lejos de calmar los ánimos, alimentan un clima de confrontación y desconfianza.
En un contexto donde la credibilidad de las instituciones electorales aún es frágil, la ciudadanía exige altura política, transparencia y responsabilidad.