- Menos ingresos, menor aguinaldo y un país en incertidumbre frenan el consumo navideño, golpeando de lleno a los pequeños y medianos negocios.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Este año, las luces navideñas no logran ocultar una realidad que preocupa profundamente al sector emprendedor: la caída del circulante en plena temporada de consumo.
Los pequeños y medianos empresarios observan con alarma cómo miles de familias llegan a diciembre con menos ingresos, un aguinaldo reducido y una capacidad de compra notablemente debilitada.
En un país donde las fiestas de fin de año son el motor que impulsa al comercio, esta contracción representa un golpe duro para quienes dependen del movimiento diario para sostener sus negocios.
Pymes estiman 300 millones menos moviéndose en la economía
Las asociaciones de pequeñas y medianas empresas ya hicieron sus cálculos: alrededor de 300 millones de lempiras dejarán de circular durante la temporada navideña.
Este desplome obedece principalmente a tres factores:
- Pérdida de empleos formales, especialmente en la zona norte, que dejó a miles de trabajadores sin salario estable.
- Reducción del aguinaldo, consecuencia directa de la inestabilidad laboral.
- Un ambiente poselectoral tenso, donde a once días del proceso electoral aún no existe declaratoria oficial de presidente y persisten denuncias de fraude e injerencia externa.
El resultado es un fuerte recorte del ingreso familiar, que disminuye la capacidad de consumo y afecta de manera inmediata a los negocios.
Menos aguinaldo, menos compras, menos dinamismo
El aguinaldo, que normalmente da un impulso vital al comercio en diciembre, llega este año debilitado.
Para muchos hogares, el monto se redujo drásticamente o simplemente no existió, debido al desempleo formal y la precariedad de los últimos meses.
El impacto se siente en todos los niveles: menos ventas, menor rotación de inventarios, reducción de empleos temporales y un diciembre que se aleja del tradicional dinamismo económico.
La esperanza puesta en las últimas dos semanas del mes
A pesar del panorama adverso, los pequeños y medianos empresarios no pierden la esperanza.
Confían en que la tercera y cuarta semana de diciembre —cuando las familias suelen concentrar sus compras— puedan generar un repunte que dé un respiro a sus finanzas.
Los comercios reportan que, incluso con menos circulante, las prioridades siguen siendo claras: alimentos, ropa, juguetes y artículos básicos para las celebraciones.
Muchos emprendedores ven estas semanas como la última oportunidad para evitar cerrar el año en números rojos.
Un fin de año que exige resiliencia empresarial
La caída del circulante convierte este diciembre en una prueba de resistencia para miles de pequeños y medianos negocios.
La temporada que históricamente significaba alivio económico hoy se presenta como un desafío que exige creatividad, austeridad y capacidad para adaptarse.
Aun en medio de la incertidumbre, las pymes mantienen sus puertas abiertas, apostando a que el cierre del mes —aunque más débil de lo esperado— les permita obtener el respiro necesario para seguir operando en 2026.
