- Cuestiona celebraciones tras revisión del organismo y señala contradicciones en la postura del gobierno respecto a las políticas económicas
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El economista hondureño Roberto Lagos cuestionó duramente al gobierno y a dirigentes afines al oficialismo por celebrar el reciente acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que calificó como una muestra de incoherencia política y económica, al recordar que cuando eran oposición criticaban abiertamente al organismo.
Este miércoles, el directorio del FMI concluyó la tercera revisión del acuerdo vigente con Honduras, habilitando un nuevo desembolso de 160 millones de dólares, sumando así un total de 485 millones dentro del programa de financiamiento extendido a 36 meses.
Del rechazo a la celebración: la doble moral política
Para Lagos, la celebración del oficialismo contrasta con su historial reciente. Recordó que cuando los actuales gobernantes estaban en la oposición, condenaban públicamente la presencia del FMI en el país, a quien veían como una imposición de recetas económicas ajenas al interés nacional.
Ahora, critica el economista, se muestran complacidos con un acuerdo que, en esencia, mantiene las mismas condiciones y enfoques que antes repudiaban.
“Cuando estaban en la oposición, condenaban las visitas del FMI. Hoy lo celebran. ¿Qué cambió, el Fondo o sus principios?”, ironizó.
Críticas directas a Hugo Noé Pino: “El economista más inconsistente”
Lagos dirigió parte de su crítica al actual vicepresidente del Congreso Nacional, Hugo Noé Pino, a quien calificó como “el economista más inconsistente del país”.
Señaló que, durante su paso como presidente del Banco Central de Honduras (BCH) en el gobierno de Manuel Zelaya Rosales, el único logro de Pino fue mantener una inflación en dos dígitos, sugiriendo un pobre desempeño macroeconómico bajo su liderazgo.
A esto sumó que, bajo la actual administración, la política económica ha actuado de forma tardía, generando impactos negativos como el aumento en las tasas de interés y una aceleración en el deslizamiento del lempira, lo que ha afectado directamente el poder adquisitivo de los hogares y la estabilidad financiera del país.
“Ahora anda celebrando tasas de crecimiento inferiores al 4%. Es como aplaudir mediocridad”, ironizó el economista.
¿Celebrar un crecimiento modesto o enfrentar los desafíos estructurales?
El trasfondo de las declaraciones de Lagos pone en evidencia una creciente disonancia entre el discurso político del oficialismo y los resultados concretos de su política económica.
Mientras el gobierno resalta la estabilidad macroeconómica y la continuidad del acuerdo con el FMI como un logro, economistas como Lagos ven en ello una peligrosa señal de acomodamiento político, donde se normaliza el bajo crecimiento y se ignoran los desafíos estructurales, como el empleo informal, la inseguridad alimentaria y el estancamiento de la inversión productiva.
¿Un cambio de principios o de conveniencia?
Las declaraciones de Lagos abren nuevamente el debate sobre la coherencia entre el discurso político en campaña y la ejecución técnica una vez en el poder. Lo que para la oposición de ayer era “sumisión al Fondo Monetario”, hoy parece haberse transformado en una “victoria financiera”.
El contraste revela no solo la fragilidad de los consensos económicos en Honduras, sino también la facilidad con la que se instrumentalizan las instituciones internacionales según convenga al momento político.