- El exfiscal general advierte que la violencia en el Congreso refleja la falta de diálogo entre aspirantes a gobernar el país
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La creciente inestabilidad política que atraviesa Honduras ha encontrado en las palabras del exfiscal general y exministro de Transparencia, Edmundo Orellana, una crítica frontal hacia quienes buscan dirigir el país: los candidatos presidenciales.
A través de un mensaje publicado este miércoles en su cuenta oficial en la red social X (antes Twitter), Orellana señaló directamente a los aspirantes presidenciales como los responsables de haber llevado la crisis política a niveles de caos y violencia, debido a su renuencia al diálogo.
“Los responsables de que la crisis política se haya tornado caótica y violenta, son los candidatos presidenciales, renuentes a buscar soluciones mediante el diálogo”, escribió.
Más allá de señalar culpables, Orellana lanzó una advertencia sobre lo que podría significar para el futuro del país si esta tendencia persiste.
“¿Qué nos espera si quien presida el próximo gobierno, en lugar del diálogo, prefiere el caos y la violencia?”, cuestionó.
Sus declaraciones se producen en un contexto particularmente tenso. En las últimas horas, el Congreso Nacional volvió a ser escenario de hechos de violencia política.
En primer lugar, colectivos del partido oficialista, Libertad y Refundación (Libre), agredieron físicamente a la candidata a diputada por el Partido Liberal, Saraí Espinal.
Más tarde, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cossette López, fue interrumpida y hostigada por una turba de simpatizantes de Libre y diputados oficialistas, cuando intentaba rendir un informe ante el pleno legislativo.
El ambiente se deterioró rápidamente. Las consejeras del CNE, López y Ana Paola Hall, decidieron retirarse del hemiciclo por razones de seguridad, mientras el recinto legislativo se sumía en una gresca entre diputados, empujones, gritos e intentos desesperados por contener una violencia que ya se volvió rutina.
En este escenario de confrontación constante, la crítica de Orellana apunta a la falta de voluntad política para construir consensos.
En lugar de buscar acuerdos mínimos, los principales líderes políticos parecen más enfocados en polarizar, movilizar turbas y dinamitar los puentes institucionales.
La advertencia del exfiscal no solo cuestiona el presente, sino que deja en duda el tipo de liderazgo que Honduras podría tener tras las próximas elecciones, si los mismos actores que rehúyen al diálogo hoy terminan dirigiendo el país mañana.