- El exministro de Transparencia llama a los hondureños a no “botar su voto” en las elecciones de noviembre y advierte que la corrupción se ha legalizado desde el propio Legislativo.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El exministro de Transparencia, Edmundo Orellana, lanzó duras críticas contra el Congreso Nacional, al que responsabilizó de ser la principal fuente de impunidad a gran escala en Honduras.
A menos de tres meses de las elecciones generales, el exfuncionario instó a los ciudadanos a no desperdiciar su voto apoyando a políticos que —según él— han hecho de la corrupción una práctica institucionalizada.
“El Congreso es la única entidad que, emitiendo leyes, genera impunidad a gran escala. Ley de Secretos, Código Penal de Impunidad, expulsión de la MACCIH, pactos de impunidad, son, entre otros, graves ultrajes a la dignidad nacional. No vote a cualquiera para diputado; no bote su voto”, advirtió Orellana.
El exfuncionario subrayó que la corrupción no solo ha sido tolerada, sino legalizada mediante decretos y reformas aprobadas por los propios legisladores, quienes se blindan con normas hechas a su medida para evadir la justicia.
Un llamado al voto consciente
Orellana se suma a un grupo cada vez mayor de voces que exigen a la ciudadanía un voto responsable, en un país donde el nepotismo, el tráfico de influencias y el clientelismo siguen marcando la vida política.
Analistas coinciden en que, pese a los constantes escándalos, los mismos diputados suelen ser reelectos, lo que perpetúa un círculo de impunidad que bloquea cualquier intento de cambio institucional.
“Los políticos no velan por los intereses de quienes los eligen, sino por su propio bienestar. El pueblo debe entender que cada voto tiene un peso y que seguir eligiendo a corruptos es condenar al país a más de lo mismo”, enfatizó Orellana.
El desafío de noviembre
Las declaraciones del exministro se producen en un contexto de crecientes denuncias de corrupción estructural, nepotismo en el Ejecutivo y pactos legislativos que favorecen a grupos de poder.
Tanto organismos nacionales como internacionales advierten que la debilidad del Estado de derecho sigue siendo uno de los principales obstáculos para la gobernabilidad en Honduras.
Con las elecciones generales del próximo 30 de noviembre, el debate sobre la responsabilidad del votante y la urgente necesidad de renovar la clase política se coloca en el centro de la agenda nacional.