La noticia se hace pública en medio de expectaciones y rechazos por las maniobras anunciadas por EE.UU. para combatir el narcotráfico en la región.
ESTADOS UNIDOS.
(RT en Español)- Dos tanqueros fletados por la estadounidense Chevron para transportar petróleo venezolano arribaron este jueves a aguas estadounidenses, ello en medio del despliegue de barcos militares de EE.UU. al sur del mar Caribe, que según reportes, tendrían como destino aguas próximas al mar territorial del país suramericano.
Se trata de los buques Mediterranean Voyager y Canopus Voyager, que se abastecieron de crudos de los tipos Boscán y Hamaca a principios de agosto tras negociaciones entre la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y Chevron derivadas de la licencia restringida que emitió la Casa Blanca el mes pasado, reseña Reuters, que cita datos de LSEG –London Stock Exchange Group– y documentos de PDVSA.
Los barcos tienen como destino los puertos de Port Arthur, en Texas, y Nueva Orleans, en Luisiana. A ello se suma que, según la agencia estadounidense, otros dos petroleros operados por Chevron cargaron crudo venezolano ya van rumbo a EE.UU.

Mike Wirth, director ejecutivo de Chevron, dijo a la prensa a principios de este mes que el flujo de crudo venezolano dirigido al mercado estadounidense se reanudaría en el futuro cercano, aunque precisó que sería en volúmenes limitados.
Para la empresa es vital esta reanudación de los flujos comerciales con PDVSA, toda vez que sus propias refinerías están adaptadas al hidrocarburo de Venezuela y, además, vende parte de lo transportado a otras refinadoras propiedad de compañías como Valero Energy y PBF Energy.
El despliegue estadounidense en el Caribe
La noticia llega tras el despliegue militar que anunció EE.UU. al sur del mar Caribe para combatir a los cárteles de narcotráfico que operan en la región y luego de una nueva fase de tensiones entre Washington y Caracas, derivadas del aumento de 25 a 50 millones de dólares en la recompensa que se fijara por información conducente a la captura del presidente venezolano, Nicolás Maduro, al que las autoridades estadounidenses sindican –sin pruebas– de liderar una organización dedicada al trasiego internacional de drogas y de enriquecerse por medio de esa actividad ilícita.
Días más tarde, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, confirmó las operaciones marítimas en el Caribe, aunque no ofreció precisiones que dieran cuenta de su alcance. El pasado lunes, Reuters informó del despliegue de tres destructores con capacidad para labores de inteligencia y vigilancia, así como para el lanzamiento de ataques selectivos cerca de las costas venezolanas y, citando fuentes, aseguró que llegarían en unas 36 horas.
La ambigüedad del anuncio de Rubio y el reporte de Reuters encendieron las alarmas en la región, desde donde se produjeron expresiones de rechazo contra una eventual intervención militar estadounidense en Venezuela, amparada en el discurso de la lucha contra las drogas.
Con intensidades distintas, los Gobiernos de México, Bolivia, Cuba, Nicaragua y Colombia, así como los países que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestramérica (ALBA), se manifestaron en contra de cualquier operativo militar que suponga la violación de la soberanía de cualquier país latinoamericano o caribeño, con independencia del motivo esgrimido por la Casa Blanca.
Este jueves, Reuters divulgó otro informe relativo al envío de un escuadrón anfibio conformado por los buques USS San Antonio, USS Iwo Jima y USS Fort Lauderdale a aguas al sur del mar Caribe. De acuerdo con sus informantes, los barcos, que transportarían unos 4.500 efectivos, llegarían frente a las costas venezolanas el venidero 24 de agosto.