Miami (EE.UU.).- El crimen organizado continúa abriéndose paso en todos los países de América Latina, a medida que se infiltra en los gobiernos y su influencia escapa fronteras, y es percibido en la actualidad como la mayor amenaza en la región, según reveló este viernes el Índice y Análisis de Riesgo País de América Latina 2025.
Este informe, publicado por la Universidad Internacional de Florida (FIU, en inglés) mostró a Ecuador, Brasil, Chile y México como los países en los que la población concibe el crimen organizado como el principal riesgo para su estado, aunque las doce naciones analizadas arrojaron altos porcentajes de preocupación de al respecto.
Por orden, estas fueron: Ecuador y Brasil (4,8 sobre 5), Chile y México (4,7), Colombia, Paraguay y Perú (4,6), Panamá y Bolivia (4,1), Argentina (4), República Dominicana (3,8) y El Salvador (3,7), según los datos obtenidos de 765 encuestas realizadas a personas de diversos sectores y a 360 entrevistas en profundidad con expertos.
Aunque el informe destacó la última posición de El Salvador, sostuvo que el Gobierno de Nayib Bukele ha logrado reducir la violencia a costa de «suspender las libertades civiles».
El aumento de la tasa de criminalidad también se mencionó como un riesgo importante en todos los países evaluados, con una puntuación media anual de 4,07 que lo sitúa en la categoría de «Alerta».
Mayor influencia geográfica y en las instituciones
«El crimen organizado no solo ha incrementado en expansión geográfica, sino que hay otros efectos muy importantes», dijo a EFE el autor principal del estudio, Erich De La Fuente, profesor adjunto de Política y Relaciones Internacionales en FIU.
De La Fuente indicó que hoy en día hay que pensar en el crimen organizado como «empresas multinacionales» que combinan su actividad delictiva con otros negocios lícitos y cuya influencia va más allá de un solo país.
Así ha logrado tener acceso a las instituciones y socavar la confianza de la gente en la legitimidad de los gobiernos, lo que sugiere una reconfiguración global de la región.
Esta «red», como la define el informe, ha creado una crisis estatal que solo puede ser combatida a través de los resultados que obtenga el Gobierno en materias como el desempleo o la lucha contra el crimen, dos de las principales preocupaciones en América Latina.
El papel de Estados Unidos
Estados Unidos es un agente importante para lidiar con esta crisis de legitimidad, agregó De La Fuente, puesto que puede ofrecer una sensación de serenidad transmitiendo confianza a los gobiernos de los países latinoamericanos y apoyándolos económicamente.
Y aunque «hay que tener línea dura» contra el narcotráfico, una de las principales fuentes de financiación del crimen organizado, el experto aseguró que hay que atacar a sus raíces para atajar el problema.
En ese sentido, sobre los bombardeos que Estados Unidos realiza desde septiembre en el mar Caribe y Pacífico contra lanchas que supuestamente transportan droga, que han matado a más de 70 personas, dijo que «eso solo no acaba con estas redes de narcotráfico».
Riesgos políticos, económicos e internacionales
Además de la percepción sobre el crimen organizado, el informe también midió otros factores. En este sentido halló que, junto al mencionado declive de la confianza en los políticos, la polarización política persiste como una preocupación importante en toda la región.
En México, por ejemplo, la percepción de riesgo relacionado con la política aumentó hasta 4,13 puntos en noviembre, en comparación con los 3,79 puntos de junio.
En lo relativo a los índices anuales de riesgo económico, la tendencia, en líneas generales, fue positiva en la región, aunque el desempleo y la inflación fueron las principales preocupaciones de la población.
Bolivia, México y Brasil registraron los mayores índices de riesgo mientras que Argentina y Paraguay los más bajos.
Con información de EFE











