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martes, septiembre 9, 2025
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El fin del TPS amenaza 300 millones de dólares en remesas: Cohep advierte impacto social y económico

  • Más de 55 mil familias podrían perder su principal sustento; empresarios exigen estrategia de país, mientras el gobierno carece de un plan real para recibir a los migrantes retornados.

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

El gerente de política económica del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Santiago Herrera, advirtió este lunes que el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS) en Estados Unidos tendría un efecto devastador para Honduras: más de 300 millones de dólares en remesas anuales quedarían en riesgo si los más de 55 mil hondureños beneficiados son obligados a regresar.

“Si hablamos de 55 mil familias representan unos 300 millones de dólares de remesas al año, parece poco en términos económicos; pero si lo vemos en el plano social, hablamos de 55 mil familias que dejarán de recibir dinero en Honduras”, señaló Herrera, quien recordó que el 40% de los hogares en el país dependen exclusivamente de remesas.

El ejecutivo del Cohep planteó que los tepesianos han adquirido capacidades técnicas y certificaciones en Estados Unidos, lo que debería aprovecharse en Honduras.

Propuso la creación de un consejo nacional para la diáspora, que articule políticas públicas y alianzas con la empresa privada para convertir el retorno en una oportunidad de desarrollo.

Sin embargo, Herrera advirtió que la realidad es distinta: “Si se concreta el retorno de más de 55 mil tepesianos, habrá un fuerte impacto en las remesas familiares en 2025 y 2026”.

El golpe no solo sería económico, sino también social, ya que miles de familias perderían su principal fuente de ingresos en un país con empleo precario, baja inversión y altos índices de pobreza.

La advertencia empresarial llega en un contexto en el que el gobierno hondureño no ha delineado un plan claro para la posible ola de retornados.

Mientras en el discurso oficial se habla de “acompañamiento” y “respaldo”, lo cierto es que no existen programas sostenidos para reinsertar a miles de migrantes al mercado laboral.

El drama humano es inminente: hondureños que han vivido más de dos décadas en EE.UU. deberán regresar a un país con limitadas oportunidades, donde encontrar empleo, levantar un techo y sostener a sus familias será una nueva batalla.

Y en medio de la crisis, la falta de planificación estatal vuelve a evidenciar una constante: la migración sostiene la economía nacional, pero el Estado nunca sostiene a los migrantes.

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