Kilmar Ábrego García, el migrante salvadoreño deportado por «un error administrativo» del Gobierno estadounidense, regresó este viernes a EE.UU., donde afrontará cargos por tráfico de personas, incluyendo miembros de pandillas, y después lo retornarán a El Salvador.
La fiscal general de Estados Unidos, Pamela Bondi, confirmó en una conferencia de prensa que «Ábrego García ha aterrizado en Estados Unidos», pero lo hizo para «afrontar la justicia» después de que un gran jurado en Tennesse lo acusó de tráfico de migrantes o extranjeros y conspiración para tráfico de personas.
Para su retorno, la Administración del presidente Donald Trump presentó una orden de arresto al Gobierno salvadoreño, indicó Bondi.
«Estamos muy agradecidos con el presidente Nayib Bukele por aceptar retornarlo a nuestro país para afrontar estas muy serias acusaciones. Así es como se ve la justicia estadounidense. Al terminar su sentencia, anticipamos que será retornado a su país de origen, El Salvador», advirtió.
El prontuario que EE.UU. le endilga a Kilmar Ábrego
El gran jurado, aseguró la fiscal, encontró que en los últimos nueve años Ábrego García «jugó un rol significativo» en una red de trata de personas, en la que tenía «un trabajo de tiempo completo» y traficó «miles de migrantes» a Estados Unidos.
El salvadoreño, aseveró, «era un traficante de humanos, niños y mujeres, e hizo más de 100 viajes. El gran jurado encontró que traficó personas a lo largo del país, incluyendo miembros de la MS-13, una pandilla violenta, miembros de una organización terrorista».
También lo vinculó con el accidente de un tráiler que volcó con más de 50 migrantes en San Antonio, Texas, cerca de la frontera con México.
El documento judicial, presentado bajo sello en un tribunal de Tennessee el pasado 21 de mayo pero hecho público ahora, acusa a Ábrego García de los delitos de conspiración para transportar migrantes indocumentados y transporte ilegal de personas sin estatus legal en el país.
Según las autoridades, el salvadoreño, junto con otros cinco cómplices, operaba una red de tráfico de personas que trasladaba migrantes provenientes de Centroamérica y Ecuador desde Texas, tras cruzar irregularmente la frontera, hacia Maryland y otros estados del país.
Los dos cargos presentados en su contra conllevan una pena máxima de 10 años de prisión cada uno.
Bukele defiende el regreso del migrante
Por su parte, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, defendió que si la Administración de Donald Trump «pide el regreso de un pandillero para enfrentar cargos, por supuesto» no se negaría.
«Trabajamos con la Administración Trump, y si solicitan el regreso de un pandillero para enfrentar cargos, por supuesto que no nos negaríamos», dijo en X el mandatario.
Bukele publicó su mensaje en inglés y sin explicar detalles, ni dar nombres, tras conocerse el regreso a EE.UU. del salvadoreño.
En paralelo, la portavoz presidencial, Karoline Leavitt, apuntó en un comunicado que la vuelta de Ábrego García zse produce «para responder por sus crímenes y enfrentar todo el peso de la justicia estadounidense».
«La Administración de (Donald) Trump seguirá exigiendo responsabilidades a los criminales con todo el peso de la ley», aseguró.
A su vez, Stephen Miller, uno de los principales asesores del líder republicano, consideró en X que Ábrego García fue deportado «correctamente» y posteriormente acusado «tras nuevas pruebas de crímenes especialmente atroces».
La defensa acusa a EE.UU. de «abuso de poder»
Tras el regreso del migrante, los abogados de Kilmar Ábrego García acusaron este viernes al Gobierno de EE.UU. de estar cometiendo un «abuso de poder» y rechazaron las cargos que la Fiscalía presentó hoy en su contra.
«Lo que sucedió hoy fue un abuso de poder y todo lo opuesto al debido proceso», indicó este viernes el letrado Simón Sandoval-Moshenberg. «El debido proceso implica tener la oportunidad de defenderse antes de ser castigado, no después».
El abogado de Ábrego indicó que las autoridades no le avisaron ni a él ni a la familia con anterioridad de sus planes para retornar al salvadoreño y recalcó que espera que dé su testimonio sobre las condiciones del CECOT, la megacárcel donde pasó las primeras semanas en El Salvador antes de que lo enviaran a otra prisión.
Ábrego tenía un estatus legal en EE.UU. que lo protegía de la deportación cuando las autoridades migratorias lo detuvieron y posteriormente lo enviaron en un vuelo hacia una cárcel de máxima seguridad en su natal El Salvador el pasado marzo.
Su retorno llega después de que la Casa Blanca negara tener la potestad de devolver al hombre al país a pesar de que tanto el Supremo como tribunales en menor instancia ordenaran al Gobierno facilitar su vuelta.
Con información de EFE