FRANCISCO MORAZÁN, HONDURAS.
A través de un posteó en su cuenta en la red social “X”, el candidato presidencial del Partido Liberal (PL), Salvador Nasralla, en un amplio mensaje, señaló que, el verdadero ganador de las elecciones generales del 30 de noviembre, es la institución de la bandera rojo-blanco-rojo, pero Honduras tendrá un mandatario de otra institución política, “reza la historia de los Liberales, otro fue el presidente”.
Por lo cual, destacó que, “no existe un Partido Nacional (PN), de 1. 4 millones de votos, eso no se lo creen ni ellos mismos. Nasralla es el único que pasa esa cifra con solvencia, eso con el apoyo de los liberales e independientes. Las proyecciones para Nasralla eran de 1.6 y se quedó corto por la turbulencia de los días previos y de la gestión del proceso en donde la maquinaria nacionalista se impuso para disminuir a cualquier costo la apabullante votación que se acercaba, lo lograron reducir al mismo tiempo que inflaron a mas no poder”.
Asimismo, indicó que, “presión de los Estados Unidos dio la estocada final a la candidatura de Salvador, pues fortaleció al PN y sus indecisos que no en poco número pensaban votar por Salvador y darle la oportunidad, estos al llamado conservador y oportuno de Donald Trump, retrocedieron y votaron azul y así logran los 1.250 mil votos que son los reales del PN, la “chascada” de casi 300 mil votos más no soportaría ni un recuento voto a voto ni una auditoria seria”.
De acuerdo con el criterio del presidenciable liberal, él “es realmente un fabricante de votos impresionante, no se le puede ganar sin “mañas”, eso lo sabía el PN que en un par de veces ya había sido “vapuleado”, por esa fuerza incontrolable de votos que genera Salvador”.
Recordó que, “una en 2017 (que lo vencieron con los votos rurales y el reconocimiento también de la embajada entonces). En el 2021 ya no pudieron pues dl pueblo se unió para sacar al PN con el fuera JOH, Salvador y más de 500 mil Liberales apoyaron a Xiomara Castro. Para 2025, los nacionalistas sabiendo lo difícil que la tenían, la jugaron con todo, sabían que esta vez no bastaría los votos rurales, había que usar todo lo anterior y suplicar el apoyo de EE.UU. y consiguen el máximo apoyo al final del mismo líder del movimiento MAGA”.
Subrayó que, los nacionalistas lo hicieron bien, “aunque es «bien» está plagado de triquiñuelas y multiples trampas entonces es un eufemismo, pero les funcionó y ese es el mérito de los Cachurecos, sin olvidar al excelente papel que para este teatro jugaron Nasry Asfura, Cossette Lopez, y toda la dirigencia cachureca”.
Sin embargo, reconoció que, Asfura “tiene sus virtudes, carisma disciplina y energía y eso fue clave para su resultado, sin él la verdad no lo hubieran podido alcanzar”.
No obstante, él es “un héroe que hizo levantarse al PL, no contó con el mejor PL de la historia, pues con la fractura del «2009 por el golpe al ejecutivo», el PL no había tenido más que derrota tras derrota y esta de hoy – que aunque no se ha terminado, pero que todo apunta a que faltan horas sino un par de días para que el Consejo Nacional Electoral (CNE), declare ganador a Nasry – esta no es una derrota real, es todo lo contrario, es el principio de la recuperación del honor del partido más grande de la historia de Honduras y que resurge de las cenizas”.
Consideró que, “Honduras está un poco triste, Honduras quería el milagro que el PL volviese por sus fueros de libertad y democracia, por un «pelito» se logra, pero ya revivió el gigante dormido y estas palabras no son un bálsamo para los liberales, es un análisis frío y consciente de la gran oportunidad que se presentará para el PL en los próximos procesos”.
Reflexionó, que él, “ha crecido en lo personal, ha aprendido mucho y tiene que agradecer a Dios hasta donde le ha colocado y el PL que, si bien sufre algunos problemas internos de divisiones y falta de renovación en algunos liderazgos ya «viejos» o poco viejos como quien les escribe, ahora tiene la oportunidad de volver a ser la primera fuerza como lo ha demostrado los más de 1.4 millones de votos sacados si son reales”.
“En otro escenario menos contaminado, estaríamos celebrando una «gran victoria», pero no es fácil, ahora que hemos resurgido no es momento para dividirnos más con acusaciones de traición y de oportunismos del pasado”, concluyó el presidenciable liberal.








