El reconocido periodista estadounidense Jon Lee Anderson, especializado en Latinoamérica, y en conflictos como los de Irak y Afganistán, advirtió de la deriva populista de ciertos países en América Latina, con presidentes como Nayib Bukele en El Salvador o Javier Milei en Argentina, que siguen la estela marcada por el exmandatario estadounidense Donald Trump, que busca regresar al poder.
«Hay señales de que el populismo trumpista ya tiene clonaciones, Bukele y Milei creo que son ejemplos claros de ese tipo de autoritarismo o al menos de un método autoritario y presentación populista, rompiendo protocolo y las formas típicas tradicionales de actuar de los políticos. Eso sí preocupa algo, preocupa bastante, que los electorados están buscando gente así para resolver sus problemas», afirmó Jon Lee Anderson a EFE en Panamá.
Este periodista de The New Yorker, autor de obras como ‘Los años de la espiral, crónicas de América Latina (2010-2020)’, acuñó el término ‘espiral’ para referirse a una región, Latinoamérica, donde predomina la «inestabilidad, su falta de rumbo certero», «la incertidumbre» política, una situación que se mantiene.
Anderson amplía su análisis a toda América para poner a Estados Unidos como uno de los países que atraviesa una de las mayores crisis del continente, con un Trump que «vuelve a la tarima». «No sé si va a ganar, pero es posible que sí. Los americanos en general están en una fase de un limbo de ética, de moral, muy palpable».
«Esta zona está en problemas, y quizás la sociedad con más problemas es la estadounidense, y por ser la gran economía que es (…) tiene un efecto replicador muy contundente, y eso es preocupante», añadió.
Según el reportero, uno de los pocos aspectos positivos en la región ha sido la llegada al poder de Bernardo Arévalo como presidente de Guatemala, a pesar de los numerosos intentos de la fiscalía del país centroamericano por impedirlo, «un ejemplo reciente que da cierta esperanza ante la inmutabilidad un poco de los poderes tradicionales en Guatemala, que son muy antidemocráticos».
Y luego están los «desagües», como definió el caso de Nicaragua. «Qué decir de Daniel Ortega, que se ha vuelto tan (…) cruel con su pueblo, con la Iglesia, con la población cívica… es realmente triste e indignante». El guerrillero sandinista fue uno de los líderes de la insurrección armada que derrocó a la dictadura de la familia Somoza, en 1979, y ostenta desde 2007 la Presidencia.
«La espiral sigue, es muy volátil, y yo diría que está en un momento de limbo, de rumbo desconocido en este momento», remarcó.
Che Guevara
Entre las obras más reconocidas de Jon Lee Anderson está su biografía sobre Ernesto ‘Che’ Guevara, un trabajo de investigación que lo convirtió en una de las voces más autorizadas sobre el guerrillero argentino. Si hubiera vivido más años, ¿Podría haber seguido la misma trayectoria que Ortega o lo ve imposible?
«Nunca diría que nada es imposible. El Che murió a los 39 años en otra época. En el momento que vivía y luchaba él pregonaba la dictadura del proletariado, a veces su verbo era más exacerbado que sus acciones. Era un tipo de muchas luces, sentido del humor, era bien leído y yo creo que todavía estaba en evolución, yo esperaría que el Che que yo llegué a conocer a través de mi investigación fuera un hombre que seguía con la posibilidad de adaptarse y evolucionar, de cambiar», explicó Anderson.
Ademas, subrayó, «ya era crítico de la Unión Soviética, por eso también se fue de Cuba. Seguía siendo revolucionario, cometió errores, pero en el fondo él buscaba sociedades más justas en una época en la que sí había que luchar con armas en contra de, en muchos casos, sociedades y políticas feudales o semifeudales (…) Ese periodo cambió, hoy en día no hay nadie que dice o piensa, a mi juicio, que la forma de cambiar las cosas en América Latina es con un fusil en mano».
Pero uno de los grandes problemas en América Latina en la actualidad es que se ha convertido en «las cloacas del narcotráfico, casi mundial, y muchas de las sociedades y las economías no funcionan, hay muchos aspectos de varios de los países en América Latina que son francamente fallidos, desde el Estado de derecho a las economías. ¿Qué quiere decir que en el capitalismo, en la democracia, en el siglo XXI, sociedades enteras vivan de las remesas de sus parientes que viven ilegalmente en Estados Unidos? Esto no es un sistema que funciona, no funciona bien para nadie, y esa es una realidad que está radicalizando las políticas en muchos países».
Democracia y periodismo
Jon Lee Anderson participó en Panamá en la primera edición del Hay Fórum en el país centroamericano, que concluyó este miércoles. En una de sus conferencias, titulada ‘Los retos del periodismo investigativo’, el reportero estadounidense destacó la importancia del periodismo como «guardián» de la democracia, y volvió a subrayar el peligro de Trump.
La «relación (del periodismo) con la democracia no la tenía tan clara hasta la elección de Donald Trump. Cuando él empezó a increpar a los medios y a decir de forma explícita que los periodistas, que la prensa, que los medios son el enemigo del pueblo, entendí que sí teníamos como gremio importancia y que si él tenía un adversario eran justamente los medios de información verdaderos, no el llamado Fake News», afirmó.
Por ello Anderson definió a Trump como «el paradigma de la destrucción de la democracia», y «sus semejantes y sus emuladores en América Latina y otros países han entendido muy bien que la misma fórmula les puede hacer llegar al poder, mantener el poder, hacer lo que les da la gana, y que los medios imparciales, sinceros (….) somos los enemigos de los oponentes a la democracia, los guardianes de la democracia».
«No tengo la llave mágica, pero el periodismo tiene que fajarse, tiene que ser valiente, se tiene que dar la cara ante los autócratas y los que nos quieren eliminar».
Con información de EFE