A menos de una semana de su fallecimiento, la familia de la presentadora rompe el silencio y pide respeto ante las especulaciones. La joven había buscado atención médica por un fuerte dolor estomacal.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
La madrugada del domingo 13 de julio, la noticia del fallecimiento de Mayra Alejandra Tercero Acosta conmocionó al país.
La joven presentadora y bailarina, recordada por su carisma en la pantalla de TV Azteca Honduras, falleció de forma inesperada tras buscar atención médica por un dolor de estómago.
A menos de una semana de la tragedia, su hermana Yulissa Tercero rompió el silencio en una entrevista exclusiva con el canal donde Mayra trabajó durante los últimos años.
Visiblemente afectada, relató cómo transcurrieron las últimas horas de vida de la joven de 31 años.
Según Yulissa, desde la mañana del sábado 12 de julio, Mayra comenzó a sentirse mal y permaneció en cama durante todo el día.
Como el malestar no cesaba y se intensificaba, alrededor de las 6:00 de la tarde, decidió llevarla a un centro médico privado.
“Le colocaron tres medicamentos. Nos dijeron que el último iba a aliviarle el dolor estomacal, pero ella nunca dejó de vomitar”, contó. Sin embargo, tras ese procedimiento, los médicos decidieron darle de alta.
“Nos prestaron una silla de ruedas para llevarla al carro… En el transcurso de esa clínica privada a la casa, ella falleció”, expresó entre lágrimas.
Yulissa también aprovechó la entrevista para pedir respeto ante los rumores que circulan en redes sociales sobre la causa de muerte.
“Por favor, paren esa especulación. Aún no se ha revelado el informe oficial de la autopsia”, suplicó.
El último adiós
Mayra Tercero fue despedida entre flores blancas, globos y un profundo silencio lleno de amor y dolor. La mañana del lunes 14 de julio fue sepultada en el cementerio Las Flores, ubicado en la carretera que de Tegucigalpa conduce hacia el departamento de Olancho, su tierra natal.
Familiares, amigos, colegas y seguidores rindieron homenaje a una joven que no solo brilló en la televisión, sino también por su simpatía, talento y sueños. Mayra estaba a punto de convertirse en odontóloga.
Honduras lamenta una pérdida irreparable, mientras su familia espera respuestas que ayuden a comprender qué ocurrió realmente en sus últimas horas de vida.