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viernes, octubre 17, 2025
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En lugar de unidad, Xiomara Castro abre el mes patrio con discurso político cargado de advertencias

  • La ceremonia del izado de la Bandera Nacional se convirtió en tribuna contra el pasado reciente y en escenario de reafirmación del proyecto de “refundación”, opacando el espíritu cívico de las fiestas patrias.

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

Honduras dio inicio este 1 de septiembre al mes patrio con la tradicional izada de la Bandera Nacional en el Monumento por la Paz, en el cerro Juan A. Laínez.

Sin embargo, el acto que buscaba exaltar la identidad y unidad nacional derivó en un discurso político de la presidenta Xiomara Castro, marcado por referencias al pasado, reproches al modelo económico y advertencias de cara al proceso electoral de 2025.

La mandataria abrió su mensaje resaltando los símbolos patrios, pero rápidamente viró hacia un tono combativo: denunció al “capitalismo salvaje, la corrupción público-privada y el crimen organizado” como flagelos históricos, y arremetió contra el expresidente Juan Orlando Hernández, condenado en Estados Unidos por narcotráfico, a quien calificó de haber dirigido “una narcodictadura que saqueó el país durante 12 años y 7 meses”.

El discurso no solo evocó el pasado reciente, sino que también sirvió para resaltar lo que Castro considera logros de su gestión, como la derogación de la Ley de las ZEDE, la eliminación de fideicomisos, la recuperación de la caja única del tesoro y la reducción de la tasa de homicidios.

En un tono de advertencia, aseguró que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional garantizarán elecciones “libres y transparentes, sin fraudes como en 2013 y 2017 ni golpes de Estado como en 2009”.

Más allá de la solemnidad que caracteriza estas ceremonias, la presidenta transformó el acto en un escenario de reafirmación de su proyecto político, al asegurar que “la refundación es irreversible”.

Con ello, el inicio de las fiestas patrias quedó marcado por un mensaje que, lejos de invitar a la unidad nacional, proyectó una visión polarizada donde el pasado reciente sigue siendo la vara con la que se mide el presente.

La jornada que debía resaltar el civismo y la identidad nacional terminó convertida en plataforma de confrontación política, un contraste evidente entre el simbolismo de la Bandera Nacional y el tono de advertencia que dominó el mensaje presidencial.

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