La presidenta promete un proceso electoral libre, pero utiliza un acto oficial para promover al aspirante de su partido a la alcaldía sampedrana.
SAN PEDRO SULA, HONDURAS.
La presidenta Xiomara Castro afirmó este miércoles que las elecciones generales del próximo 30 de noviembre se desarrollarán en “paz, libertad y transparencia”, pese a que —según dijo— existen sectores interesados en sembrar temor y desinformación entre los hondureños.
“Hay medios de comunicación que dicen que no habrá elecciones o que no saben si habrán, yo les digo que no le pongan oído, quieren generar temor, aquí las elecciones se van a dar”, expresó la mandataria, quien aseguró que como comandante general de las Fuerzas Armadas garantizará el proceso democrático y el traspaso de poder.
Castro insistió en que los comicios deben convertirse en una “fiesta cívica” y exhortó a la población a no retroceder frente a los mismos actores que gobernaron en el pasado, advirtiendo que sin la continuidad de la llamada “refundación de la patria” el futuro sería incierto.
Sin embargo, el mensaje de unidad y confianza en la democracia se vio empañado por el tono partidario de su discurso.
Durante la entrega de 92 Cajas Urbanas y capital semilla a mil migrantes retornados en San Pedro Sula, la presidenta aprovechó la ocasión para promover la candidatura del exalcalde Rodolfo Padilla Sunseri, quien busca nuevamente la alcaldía sampedrana bajo la bandera de Libre.
El contraste entre la promesa de garantizar un proceso electoral transparente y el uso de recursos públicos en actividades que terminan convirtiéndose en tarima política ha generado críticas sobre la delgada línea entre institucionalidad y propaganda.
En su discurso, la mandataria también acusó a sectores económicos y políticos de querer mantener al pueblo “con la cabeza agachada” y negó que el desarrollo pueda surgir de arriba hacia abajo: “El trabajo lo tenemos que hacer nosotros, con hondureños comprometidos al desarrollo y la refundación de la patria”, aseveró.
El evento en San Pedro Sula dejó en evidencia la dualidad del papel de Castro: presidenta y garante del proceso democrático, pero también principal promotora de su proyecto político y de los candidatos de su partido.
