- El expresidente de la CCIC acusa al Ejecutivo de aumentar la deuda pública sin informar al país, tras una reapertura no anunciada de bonos soberanos que eleva la emisión total a 900 millones de dólares.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.
El empresario y expresidente de la Cámara de Comercio e Industria de Cortés (CCIC), Eduardo Facussé, lanzó una nueva advertencia sobre el manejo opaco de las finanzas públicas bajo la actual administración, tras revelar la presunta emisión “silenciosa” de 200 millones de dólares en bonos soberanos que no habría sido comunicada oficialmente por el Gobierno.
Durante su participación en un foro televisivo, Facussé recordó que en noviembre de 2024 el Estado hondureño realizó una emisión pública de bonos soberanos por 700 millones de dólares.
Sin embargo, de acuerdo con informes recientes de medios financieros internacionales, el monto total de la operación ahora asciende a 900 millones de dólares, es decir, 200 millones adicionales que habrían sido colocados sin anuncio público ni justificación oficial.
“Muchos nos tenemos una pregunta: ¿se reaperturó esta emisión de bonos? ¿Se incrementó? ¿Y de qué manera se hizo?”, cuestionó Facussé, al denunciar que la operación se habría ejecutado de forma silenciosa y no pública, sin cumplir con los estándares mínimos de transparencia que deben regir las finanzas del Estado.
Un endeudamiento oculto y sin explicación
El señalamiento del empresario genera inquietud en un contexto de creciente endeudamiento público y deterioro de la confianza económica.
Facussé enfatizó que, aunque no se opone al uso de deuda soberana cuando se destina a proyectos sociales, climáticos o de infraestructura, lo que resulta inaceptable es el secretismo con el que se estaría administrando el dinero del pueblo hondureño.
“Debe haber más claridad en cuanto a para qué se utilizarán estos fondos y bajo qué condiciones se han contraído”, insistió, advirtiendo que el Gobierno no puede seguir tomando decisiones financieras a espaldas de la ciudadanía.
El expresidente de la CCIC subrayó que la falta de comunicación oficial sobre una operación de esta magnitud contradice los principios de rendición de cuentas y abre la puerta a la discrecionalidad y el mal uso de los recursos públicos.
Silencio oficial y preocupación creciente
Hasta el momento, ninguna autoridad del área económica —ni la Secretaría de Finanzas, ni el Banco Central— ha emitido un comunicado aclarando la supuesta reapertura de la emisión de bonos.
El silencio oficial solo aumenta las sospechas sobre la forma en que se están manejando los compromisos de deuda externa.
Economistas consultados han advertido que, si se confirma esta operación, el Gobierno estaría elevando la deuda sin la debida autorización ni la transparencia requerida, lo que comprometería aún más las finanzas públicas en un contexto de limitada capacidad de pago y dependencia del endeudamiento externo.
Además, señalan que esta práctica socava la confianza de los mercados internacionales, que exigen claridad y previsibilidad en las emisiones de bonos soberanos.
Transparencia: la deuda pendiente del Gobierno
Para Facussé, el caso es solo un reflejo de un problema mayor: la falta de transparencia y planificación en el manejo del dinero público.
“No se trata de rechazar la deuda per se —afirmó—, sino de saber en qué se usará, quién la ejecuta y bajo qué mecanismos de control”.
El empresario recordó que los fondos obtenidos a través de los bonos soberanos deberían invertirse en áreas sociales y climáticas, tal como se anunció originalmente, pero hasta la fecha no hay información pública que confirme en qué se han destinado esos recursos.
Mientras tanto, la deuda pública de Honduras supera ya el 50% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que coloca al país en una posición de vulnerabilidad fiscal, según organismos internacionales.
Una alerta al Congreso y a la ciudadanía
La denuncia de Facussé vuelve a colocar sobre la mesa el debate sobre la transparencia del endeudamiento público y el rol del Congreso Nacional como ente fiscalizador.
Diversos sectores exigen que el Legislativo convoque a las autoridades económicas a rendir cuentas sobre esta nueva emisión.
El llamado de atención del empresario retumba con fuerza: Honduras no puede seguir endeudándose en silencio.
En un país donde la pobreza y la desigualdad crecen, la opacidad financiera no solo compromete la estabilidad económica, sino también la confianza ciudadana en sus instituciones.