La familia del ambientalista hondureño Juan López, asesinado el 14 de septiembre de 2024, recibió en Tegucigalpa un premio que lleva su nombre, otorgado por la Conferencia Episcopal de Honduras, junto con la Universidad Católica.
«No es fácil estar aquí con ustedes, pero gracias a sus oraciones que no me han dejado de la mano estoy acá para seguir adelante. Siempre acompañada de la mano de Dios, no me he apartado de las cosas de Dios, me duele ir a la iglesia, sé que ahí lo asesinaron, pero eso también me da fuerza para seguir adelante», expresó la esposa del ambientalista asesinado, Thelma Marina Peña, al recibir la primera edición del Premio Juan López.
«Como Juan me decía, si a mí me pasa algo, yo sé que vos vas a saber salir adelante», agregó.
El arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher, definió a López como «un hombre de fe, un padre de familia ejemplar y un ambientalista también».
«Su memoria y sus causas siguen vivas en Honduras y en nuestros corazones, así que no olvidemos nunca la causa de Juan López, su persona y la de tantos otros que han defendido los derechos humanos», enfatizó.
En memoria de Juan López, la Comisión Nacional de Ecología Integral celebrará este sábado en Tegucigalpa una ‘Peregrinación de la esperanza por la justicia ecológica’.
López, quien además era predicador de la palabra y concejal por el gobernante Partido Libertad y Refundación (Libre) de la Alcaldía de Tocoa, departamento de Colón, en el Caribe hondureño, y tenía medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), fue asesinado en el interior de su vehículo tras salir de una iglesia.
Por el crimen contra López enfrentan juicios tres presuntos autores materiales, pero las autoridades no han informado nada de los autores intelectuales, según organismos de derechos humanos.
El ambientalista se oponía a la presencia de la compañía minera Los Pinares, que ha venido extrayendo hierro a cielo abierto en las cercanías de Tocoa, causando un grave daño ambiental, según varias fuentes.
La muerte de López ha salpicado a ejecutivos de la minera y al alcalde de Tocoa, Adán Fúnez, a quienes grupos ambientalistas y la Iglesia católica culpan del crimen.
Fúnez, a quien pocos días antes de su muerte López le había pedido que renunciara como alcalde, porque le estaba causando daño a su comunidad por supuestos vínculos con el narcotráfico, ha rechazado las acusaciones en su contra sobre el crimen, que causó mucha conmoción en el país, donde decenas de ambientalistas han sido asesinados en los últimos 50 años.
Con información de EFE